Quién era Nahel, el adolescente que murió a manos de la Policía francesa y desató una ola de protestas en París

El joven de 17 años será enterrado este sábado en Nanterre, la localidad de las afueras de la capital de Francia donde vivía y ocurrieron los hechos

Infobae
Francia vive lo que parece el comienzo de un incendio social en algunos barrios populares, como ya ha habido en el pasado, tras la muerte por un tiro de la policía de un joven negro que conducía sin permiso un coche y trataba de escapar a un control.

Nahel, que con 17 años tenía antecedentes por conducir sin carné y saltarse algún control policial, estaba el pasado martes al volante de un auto deportivo de alquiler que había cometido varias infracciones de tráfico cuando fue objeto de una persecución policial que terminó en un atasco.

Dos agentes le apuntaron con sus armas y le exigieron que parara el motor, pero en lugar de eso aceleró para darse a la fuga y uno de ellos le disparó mortalmente.

El policía, que se encuentra arrestado, ha sido suspendido y la fiscalía ha pedido su inculpación por homicidio voluntario y su encarcelamiento.

En sus primeras declaraciones, afirmó haber disparado porque consideraba que su integridad estaba amenazada. Sin embargo, vídeos grabados por testigos presenciales han puesto en evidencia que disparó sin ningún indicio de que él o su compañero corrieran peligro.

El adolescente de de 17 años vivía con su madre, Mounia, quien está ahora al frente de las protestas. De acuerdo a información publicada por la prensa local, era hijo único y nunca conoció a su padre.

Mounia, la madre de Nahel (REUTERS/Sarah Meyssonnier)
Mounia, la madre de Nahel (REUTERS/Sarah Meyssonnier)

Nahel de ascendencia argelina y marroquí, trabajaba como repartidor de un local de comida rápida. Los vecinos indicaron que hacía las entregas en bicicleta.

El joven jugaba al rugby desde abril en el club Pirates of Nanterre y había estudiado para recibir el título de electricista.

En 2021, el adolescente se había inscrito en un curso para convertirse en electricista en el liceo Louis Blériot, pero abandonó los estudios. Había participado de un programa de integración para adolescentes con dificultades en la escuela, dirigido por una asociación llamada Ovale Citoyen. El programa tenía como objetivo lograr que personas de áreas desfavorecidas hicieran prácticas.

La muerte el pasado martes de Nahel en Nanterre, una ciudad del extrarradio de París, viene a engrosar las estadísticas que muestran que la policía cada vez recurre con más frecuencia a sus armas para intentar detener a los que se saltan sus controles.

El pasado año, se registró una cifra récord de 13 muertes en ese tipo de situaciones que son cada vez más frecuentes.

Las fuerzas del orden en 2021 contabilizaron 27.000 vehículos que forzaron o se saltaron alguno de sus controles, lo que significa un 50% más en diez años. Para ilustrar la dimensión del fenómeno, los sindicatos policiales dicen que se produce “uno cada 20 minutos”.

Entre las razones que lo explican están que el carné de conducir por puntos ha hecho que se dispare el número de quienes lo tienen retirado, pero a pesar de todo conducen; un aumento de los controles de tráfico para verificar que los conductores no están bajo los efectos del alcohol o de las drogas; pero también una gran animadversión de una parte de la población hacia la policía.

El abogado Laurent-Franck Liénard, encargado de la defensa del policía que el martes mató a Nahel dijo que recurrirá su encarcelamiento provisional y aseguró que su cliente “no quiso matar”.

“Las primeras palabras que pronunció fueron para pedir perdón y las últimas palabras que pronunció fueron para pedir perdón”, contó el letrado en una entrevista nocturna en el canal televisivo BFM.

Liénard indicó que interpondrá a partir de este viernes la apelación contra el encarcelamiento provisional de su cliente, que el jueves quedó formalmente imputado por homicidio voluntario, y aseguró que el agente nunca afirmó que el coche de la víctima, de 17 años y de raza negra, se dirigiera hacia él.

Una marcha en homenaje a Nahel (REUTERS/Sarah Meyssonnier)
Una marcha en homenaje a Nahel (REUTERS/Sarah Meyssonnier)

No obstante, consideró que eso no invalida que el tiro fuera en legítima defensa, ya que el compañero se había introducido en el vehículo y ambos podían quedar aplastados si el coche giraba.

El abogado adujo igualmente que la víctima ya había estado mostrando un comportamiento peligroso para los peatones y ciclistas y que su cliente intentó disparar hacia abajo, hacia las piernas, pero la trayectoria del coche lo empujó y desvió el arma.

“Había que parar el coche”, opinó.

También dijo que el encarcelamiento de su cliente está siendo usado para tratar de calmar los ánimos en el país, dado que las imágenes en vídeo de la muerte causaron una grave ola indignación social.

Nahel será enterrado este sábado en Nanterre, la localidad de las afueras de París donde vivía y donde ocurrieron los hechos.

“Hay que seguir acompañando a esta familia, esta mamá que va a enterrar a su hijo mañana”, dijo el alcalde de Nanterre, Patrick Jarry, en declaraciones a la prensa a la salida de una reunión con la primera ministra, Élisabeth Borne, en París.

Jarry admitió que hay un sentimiento de “injusticia” que reina en muchos lugares de su ciudad y de otras, no sólo por la muerte del joven de 17 años de ascendencia magrebí, sino también por las desigualdades socioeconómicas.

Pero también subrayó la “tristeza” y la “desolación” de los habitantes por la “violencia y los destrozos” que se han venido sucediendo desde hace tres días.

Consultado sobre si hacía falta declarar el estado de emergencia, el primer edil se mostró prudente y pidió “salir juntos de esta espiral de violencia” y entrar en una “lógica de desescalada”.

La del jueves al viernes, fue la tercera noche consecutiva de manifestaciones violentas. Cerca de 300 policías y gendarmes fueron heridos y se efectuaron 875 arrestos. También fueron atacados 492 edificios públicos y 2.000 vehículos resultaron incendiados.

Esta mañana se celebró una reunión de crisis encabezado por el presidente Emmanuel Macron, quien en una comparecencia posterior pidió a los padres “responsabilidad” para que sus hijos no participen en los disturbios.

Macron justificó ese llamamiento haciendo notar que un tercio de las personas detenidas en los tumultos son menores de edad e instó también a las plataformas que gestionan las redes sociales a que asumen su parte de responsabilidad.


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