NATIONS LEAGUE | PAÍSES BAJOS 2 - CROACIA 4 / Las mil vidas de Modric y Croacia
Luka le sacó un penalti a Gakpo que cambió la semifinal y envalentonó a Croacia, que se impuso en la prórroga con un gol de Petkovic y otro de Modric de penalti.
El partido tuvo fue un festival de sobresaltos y tuvo una historia larguísima e inesperada al inicio. Metidos en un primer tiempo algo pastoso, y cuando parecía que el cuerpo a cuerpo podía favorecer a los alborotadores croatas, la Orange se adelantó con un gol primoroso en una combinación de cinco jugadores en no más de tres toques por futbolista: Gakpo, Simons, Ake, Wieffer y Malen. El delantero del Dortmund, que había terminado iluminado la Bundesliga (ocho goles y cinco asistencias en las diez últimas jornadas), y ha reconocido que gran parte de su mejora está en su trabajo de gimnasio, mantuvo su ángel. Tal vez le favoreciese que en su zona defendía Perisic, extremo o carrilero, pero difícilmente lateral. El 1-0 desmontó algo el plan de Dalic, especialmente porque Koeman había metido hormigón en el campo. Wieffer y Koopmeiners, algo así como herederos de los Van Bommel y Cocu, hicieron de escuderos de De Jong. A Croacia le iba a tocar picar piedra en la segunda parte.
Pero Dalic tenía en su chistera, sin embargo, al jugador más ‘viejo’ y más sabio del torneo. El libro del fútbol de Modric siempre tiene una página más. El último truco de Rotterdam, hacer de carterista para desnudar a Gakpo en la acción que dio lugar al 1-1. Modric se anticipó y el tierno delantero del Liverpool (24 años) le hizo penalti en una acción de extrema candidez. Koeman se hacía cruces en el banquillo. Kramaric empató con 35 minutos aún por jugar. Partido nuevo. Los tulipanes empezaron a marchitarse. Croacia es un lobo, fulmina con la mirada. El 1-2, Pasalic, fue una consecuencia de una selección que es fuego y otra que parecía hielo... Hasta que a lo loco, como contra Argentina en los cuartos del Mundial de Qatar, cuando ya no tenía nada que perder, Noa Lang (Brujas), sustituto desesperado de Dumfries, apareció de la nada y empató en el minuto 95. De Kuip, la bañera, se desbordaba. Prórroga.
Dalic tuvo una idea. Por qué no Petkovic, el delantero del Dinamo de Zagreb. Alejado del gran público después de un paso largo pero modesto por Italia (Catania, Varee, Hellas Verona, Bolonia), podía ser un buen plan. Dicho y hecho, se metió entre líneas de manera discreta y localizó el rincón derecho de la portería de Biljow, que era un flan. Croacia no iba a dejar escapar esta vez la final… o sí. Bergwijn falló un gol a puerta vacía y, un par de minutos después, Pasalic estrelló un balón en la madera. Modric le puso el broche al partido de penalti. Lo celebró como un chaval futbolero. Cerró la semifinal, pero no su libro del fútbol. Quedan más capítulos.