Marcos Rojo sufrió un nuevo desgarro, estará al menos tres semanas afuera y alimenta sospechas sobre su futuro en Boca
La séptima lesión en dos temporadas, cuando todavía no había reaparecido tras la última, abre dudas sobre el capitán, que tiene contrato hasta diciembre
El defensor de 33 años solía entrenarse de manera diferenciada con Darío Benedetto por un desgarro de grado 1 que había sufrido en el recto anterior derecho. Esta mañana fue a hacerse diversos estudios y se comprobó la mala nueva. A la tarde el club la oficializó: “Marcos Rojo: Lesión muscular grado I en el gemelo de la pierna izquierda”, publicó en las redes sociales. Más allá de lo escueto de la información, se sabe que la lesión se suscitó por la inactividad que tiene el zaguero en los últimos meses. Por lo pronto, Rojo no estará en el enfrentamiento con Sarmiento de este domingo en la Bombonera (21.30) ni en el choque con Unión en Santa Fe, del próximo jueves. Pero seguramente habrá más partidos sin su presencia.
En medio de la ola de ausencias que, muy de a poco, va achicándose en el plantel de Boca, Rojo genera cariño e identificación en los hinchas por cómo los representaba al porta la cinta de capitán. Estaba a punto de retornar tras superar una grave lesión de ligamentos cruzados, sumó 45 minutos en la reserva y se desgarró al inicio de junio, algo que figuraba como de gran posibilidad debido a su historial y a tanta inactividad. Pero lo de este viernes impactó. Y la mirada de los dirigentes es más severa.
La espera se hace, por lo tanto, más larga y el bajo nivel de los defensores centrales la potencia. Al mismo tiempo, necesitarlo tanto puede ser contraproducente: apurar el regreso suele ser contraindicado. Mientras, aparecen en el horizonte los octavos de final de la obsesión, la Copa Libertadores.
Rojo es un líder importante al que se aguarda pero que estará inevitablemente bajo examen al volver: su contrato finalizará en diciembre y a partir de este sábado el zaguero puede negociar con otros clubes. Hasta esta lesión había una aparente voluntad mutua de Boca y el jugador de continuar ligados, pero ahora la situación puede ser otra.
Las roturas de ligamentos cruzados demanda, como mínimo, seis meses. A Rojo ésta le tomó siete. Se perdió una enorme de compromisos y eso es observado negativamente por la directiva, aunque ésta pone escudos protectores a la hora de comunicar sus lesiones mediante los partes médicos. Puertas adentro se prioriza cuidarlo de críticas por sus largos tiempos de baja.
La ruptura de fibras musculares en el recto anterior derecho era la sexta herida desde febrero de 2021, momento en que el defensor inició su recorrido con la camiseta azul y oro. En una de sus primeras prácticas en el club ya sintió una molestia muscular, por lo cual debió hacer una pretemporada personal que demoró su debut. En abril se informó un desgarro en el isquiotibial derecho. Y al mes siguiente Rojo volvió a quedarse fuera de la temporada por uno en el aductor izquierdo.
En octubre de ese año, según el informe médico, se contracturó un sóleo, pero tardó casi un mes en volver. Ese tipo de lesiones no lleva tanto tiempo de recuperación... Después, durante un buen lapso Rojo no sufrió alteraciones, hasta que en agosto de 2022 volvió a lesionarse esa zona.
Desde su arribo, Boca afrontó 123 encuentros, entre parte del ciclo de Miguel Ángel Russo, todo el de Sebastián Battaglia, el Hugo Ibarra, el interinato de Mariano Herrón y lo que lleva transitado Almirón. El capitán jugó 59 veces, incluidas 55 como titular, y, por lo tanto, se perdió 64 compromisos. Pasó más tiempo fuera que dentro.
Bajo el mando de Russo, Rojo participó en 14 de los 30 partidos. Dirigido por Battaglia, 37 de los 55. De la mano de Ibarra, apenas 8 sobre 36. Y la penúltima lesión lo privó de protagonismo en el interinato de Herrón y en la etapa de Almirón.
Lo único que trascendió sobre el porvenir del zaguero fue el diálogo con Román Riquelme, el vicepresidente segundo, que contó el propio jugador. “Estoy en conversaciones con Román de cara al futuro. Seguramente seguiré un tiempo. Estoy contento. Y él quiere que siga”, dijo ante el Canal de Boca en abril. “Después hay que negociar, ponerse de acuerdo. Espero que sea lo mejor para todos”, agregó. Por cierto, la nueva lesión no implica que el Consejo de Fútbol no le concederá la renovación, pero sí que será analizada a la hora de poner números sobre la mesa.
A Marcos Rojo se lo espera con ansiedad, por su categoría, por los desajustes defensivos que sufre Boca y sobre todo para que vuelva a comandar al grupo en la cancha y fuera de ella. Sin embargo, su vuelta, de fecha incierta, puede no ser por mucho tiempo.