Lionel Messi apura a Barcelona: horas cruciales para que resuelva si lo puede contratar o no, mientras Arabia Saudita presiona

La Liga Profesional de España debe aprobar un plan de viabilidad; el deseo de volver del rosarino choca con las dificultades del club para resolver en el corto plazo sus limitaciones económicas

El dinero que le sobra a Arabia Saudita es el que les falta a los catalanes. En esa encrucijada se dirime el futuro del argentino, en una decisión final que no debería ir más allá de los próximos días. A todas las partes les urge definir la situación. Messi dio una rápida vuelta de página a sus dos años en Paris Saint Germain, de donde se fue el sábado con tres títulos locales (dos Ligue 1 y una Supercopa), en una relación que pasó de la atracción inicial, en agosto de 2021, a un paulatino desencantamiento entre el rosarino, el club y los hinchas.

Messi cerró el sábado una etapa de dos años en Paris Saint Germain
Messi cerró el sábado una etapa de dos años en Paris Saint GermainMichel Euler - AP

La posibilidad de Barcelona tomó más fuerza después de las declaraciones que Jorge Messi le dio al paso a los periodistas, tras reunirse durante media hora con el presidente Joan Laporta. El padre de Leo fue evasivo en algunas respuestas y más explícito en otras. “No sé nada, depende de un montón de cosas. Hemos hablado, pero nada concreto”, contestó ante las primeras consultas. “Por su supuesto que me encantaría que volviese a Barcelona, ya veremos, quedan por hablar un montón de cosas. Es una opción. ¿Si confío en que pueda regresar? Sí”, agregó, antes de entrar en el hall de un edificio.

Fuera de esta declaración pública, el clan Messi evalúa que el escenario es complejo, porque al margen de que el Barça reciba la luz verde de la Liga Profesional, después los dirigentes deben llevar a la práctica ese plan de viabilidad con transferencias y recortes salariales. En resumidas cuentas, los Messi no quieren que les pase lo mismo que en 2021, cuando Barcelona les dijo durante largo tiempo que “si” y llegado el momento de firmar la renovación fue un “no”. Desde el entorno de Messi dejaron trascender que esta incertidumbre lo tiene “mentalmente preocupado”.

El último domingo, durante la consagración del equipo femenino de Barcelona en la Champions League en Eindhoven, Laporta admitió: “Traer a Messi está difícil, ya veremos”. Y dejó otra frase sugestiva, como si se estuviera cubriendo por si no hay final feliz: “Quien hace lo que puede no está obligado a hacer más”.

La palabra de Jorge Messi

Messi está dispuesto a deponer su malestar con Laporta, encargado de decirle hace dos años que no había dinero para renovarle contrato, cuando unos meses antes había hecho campaña en las elecciones presidenciales con el eslogan “el contrato de Leo lo arreglamos en un asado”. Ahora, el N° 10 prioriza otros aspectos: retomar la vida familiar en Barcelona, su tierra de adopción desde que se fue de la Argentina con 13 años; seguir en el primer nivel europeo durante un par de temporadas más, y ponerse a las órdenes de su antiguo socio en el campo y ahora entrenador, Xavi, con quien mantiene un contacto frecuente. Públicamente, el director técnico ya le abrió las puertas de par en par.

Messi desea recuperar terreno y entornos conocidos. La primera aventura fuera de Cataluña no fue todo lo satisfactoria que imaginaba. Incursionar en un mundo todavía mucho más diferente al de Barcelona y París, como lo es Arabia Saudita, lo tienta muy poco.

Jorge Messi, abordado por los periodistas tras reunirse con el presidente Joan Laporta
Jorge Messi, abordado por los periodistas tras reunirse con el presidente Joan Laporta

A Barcelona le corresponderá ajustar su maltrecha economía para poder inscribir a Messi. Necesita que la Liga Profesional apruebe su plan de viabilidad. Debe bajar entre 200 y 250 millones de euros la masa salarial del plantel, que en la época del expresidente José María Bartomeu se había disparado hasta los 600 millones. Una reducción vendrá por el lado de las salidas de Sergio Busquets y Jordi Alba, dos de los contratos más altos, firmados en la época de descontrol económico que ahora está sufriendo.

El club catalán todavía debe inscribir los contratos de Ronald Araujo, Gavi y Alejandro Balde, futbolistas sobre los que asienta su próximo proyecto. También debe salir al mercado para contratar un reemplazante de Busquets, mientras está dispuesto a negociar las salidas de Ferrán Torres, Ansu Fati y Franck Kessié.

En su último año en PSG, Messi tuvo un salario de 40 millones de euros. Algunas versiones indican que en Barcelona cobraría 25, una cifra muy inferior a la de su primera etapa.

Xavi, el entrenador de Barcelona que espera a Messi con los brazos abiertos
Xavi, el entrenador de Barcelona que espera a Messi con los brazos abiertos

Si se concreta la vuelta, Leo no lo hará en el Camp Nou, que ya fue cerrado por remodelaciones. Mientras duren las obras, entre uno y dos años, Barcelona será local en el estadio olímpico de Montjuic. Y en el aire está un asunto de sumo interés para Messi: que Barcelona evite una exclusión de la próxima Champions League de parte de la UEFA, debido al “Caso Negreira”, la supuesta corrupción arbitral que involucró a varios presidentes. Hace un tiempo, el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, dijo que la acusación contra Barcelona era “grave, muy grave”.

Mientras espera por Barcelona, Messi posterga una respuesta a Al-Hilal, que mantiene la oferta de 400 millones de euros que le acercó hace un par de meses. Esta dilación habría molestado al club saudí, acostumbrado a imponer condiciones con su poderío económico. Este lunes, el Fondo Público de Inversión Saudí anunció que se hace cargo de los cuatro clubes grandes del país (Al-Hilal, Ittihad, Al-Nassr y Al-Ahli). Es una manera de blanquear lo que ya estaba haciendo y confirmar que se viene otro torrente de dinero para contrataciones. Es el estado saudí saliendo a traer figuras internacionales para repartir entre los equipos más importantes. El trasfondo es el apuntalamiento de la candidatura de Arabia Saudita para organizar el Mundial 2030.

La alternativa de que lo contrate Inter de Miami y sea cedido a préstamo a Barcelona está descartada porque reglamentariamente debería jugar al menos cuatro meses en la MLS. Messi le concede tiempo de descuento a Barcelona para que siga raspando en el fondo de la olla.


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