La OTAN busca estrechar lazos con Ucrania sin invitarla a formar parte de la alianza

Jens Stoltenberg dijo que se prepara una primera sesión del Consejo OTAN-Ucrania en julio con la presencia del mandatario ucraniano Volodimir Zelensky para proporcionarle un asiento a la mesa de conversaciones sobre cuestiones de seguridad

Infobae
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, indicó este viernes que la organización buscará estrechar lazos políticos con Ucrania en su cumbre de julio, pero precisó que la ex república soviética en conflicto con Rusia no será invitada a adherir a la alianza de defensa.

“No vamos a discutir una invitación en la Cumbre de Vilna [capital de Lituania], sino cómo podemos acercar a Ucrania a la OTAN (...), confío en que encontraremos una buena solución y consenso”, dijo Stoltenberg.

Según el funcionario noruego, la alianza militar transatlántica pretende celebrar en julio en la capital de Lituania una primera sesión del Consejo OTAN-Ucrania con la presencia del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.

Este Consejo busca proporcionar a Ucrania un asiento a la mesa de conversaciones en la OTAN “para consultar y decidir sobre cuestiones de seguridad”, expresó Stoltenberg.

Los miembros de la OTAN discuten cómo responder a los insistentes pedidos de Ucrania de recibir una indicación clara de que el país será aceptado en la alianza liderada por Estados Unidos, una vez finalizada la guerra con Rusia. Los países del este de la OTAN, que formaban parte de la órbita soviética durante la Guerra Fría, presionan por una hoja de ruta más clara para la membresía de Ucrania.

Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania
Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania

Pero Estados Unidos y Alemania no parecen de momento dispuestos a ir mucho más allá de una promesa de membresía en el futuro, formulada a Ucrania en 2014.

Fuentes diplomáticas señalan que los aliados debaten dar a Ucrania garantías de seguridad de suministros de armas. Según esas fuentes, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania están al frente de esas discusiones.

De cara a la cumbre de Lituania, Stoltenberg también presiona a los países de la alianza para que se comprometan con un paquete de ayuda de varios años para acercar a Ucrania a los estándares de la alianza. El objetivo es aportar 500 millones de euros anuales al programa, aunque diplomáticos apuntan que hasta ahora los aliados no han llegado a esa cifra.

Planes regionales

Además, los ministros de Defensa de la OTAN avanzaron este viernes en la concreción de nuevos planes regionales que reforzarán la disuasión y defensa aliadas con la puesta en máxima alerta de más de 300.000 efectivos, y que esperan ver la luz en la próxima cumbre de la organización en Lituania en julio.

“Por primera vez desde la Guerra Fría estamos conectando plenamente la planificación de nuestra defensa colectiva con la planificación de nuestras fuerzas, capacidades y mando y control”, afirmó Stoltenberg en una rueda de prensa al término de una reunión de dos días de los ministros.

Los nuevos planes regionales dependerán de los tres cuarteles aliados de Norfolk (EEUU), Brunssum (Países Bajos) y Nápoles (Italia), que se reparten geográficamente la defensa de toda la Alianza. Requerirán una adaptación de los mecanismos de mando y control de la OTAN y una nueva estructura de fuerzas de la Alianza, que quiere mantener a 300.000 soldados en alta disponibilidad respaldados por importantes capacidades aéreas y navales.

Una vista general de una reunión de ministros de Defensa de la OTAN en la sede de la Alianza en Bruselas, Bélgica (REUTERS/Yves Herman)
Una vista general de una reunión de ministros de Defensa de la OTAN en la sede de la Alianza en Bruselas, Bélgica (REUTERS/Yves Herman)

Stoltenberg explicó además que desarrollarán un programa reforzado de maniobras y que estarán encaminados en “defender cada centímetro de territorio aliado contra cualquier amenaza”.

El político noruego destacó que los ministros también acordaron un nuevo modelo de rotación para la defensa aérea y antimisiles, que “garantizará que los recursos se utilicen de la manera más eficaz” y que se pueda “pasar sin problemas de la vigilancia aérea a la defensa antiaérea”.

Igualmente, revisaron el Plan de Acción de Producción de Defensa de la OTAN que se espera se apruebe en Vilna, que incluye medidas concretas para aumentar la capacidad de la industria transatlántica de la defensa y aumentar la interoperabilidad.

Otro asunto que acordaron los ministros fue un aumento sustancial de los objetivos de capacidad de munición crítica que deben mantener.

Vigilancia submarina

Por otra parte, la OTAN inauguró este viernes un nuevo centro para proteger ductos y cables submarinos tras el aparente ataque aún sin resolver a los gasoductos Nord Stream y ante la preocupación de que Rusia esté mapeando infraestructura occidental vital para energía e internet en aguas de toda Europa.

“La amenaza se está desarrollando”, dijo el teniente general Hans-Werner Wiermann, que encabeza una célula especial enfocada en el desafío, después que los ministros de Defensa de la OTAN dieron luz verde al nuevo centro, ubicado en Northwood, al noroeste de Londres. “Los barcos rusos han mapeado activamente nuestra infraestructura submarina crítica. Existe una gran preocupación de que Rusia pueda atacar cables submarinos y otras infraestructuras cruciales en un intento por alterar la vida occidental”, afirmó a los periodistas en la sede de la OTAN en Bruselas.

La OTAN entró en acción después de un aparente ataque a dos gasoductos del Mar Báltico en septiembre. Los presuntos ataques a los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2, que fueron construidos para transportar gas natural ruso a Alemania, aún están siendo investigados. No se ha atribuido ninguna culpa oficialmente, pero la OTAN ha aumentado su presencia en los mares Báltico y del Norte desde entonces, con decenas de barcos apoyados por aviones de patrulla marítima y equipos submarinos como drones.

Foto de archivo: Fuga de gas en Nord Stream 2 vista desde el interceptor danés F-16  (REUTERS)
Foto de archivo: Fuga de gas en Nord Stream 2 vista desde el interceptor danés F-16 (REUTERS)

Cerca de 8.000 kilómetros de oleoductos y gasoductos atraviesan sólo el Mar del Norte, y los sistemas y redes son imposibles de vigilar las 24 horas del día, los siete días de la semana. Cada año se registran alrededor de 100 incidentes de corte de cables en todo el mundo y suele ser difícil saber si se trata de actos deliberados.

“No hay forma de que podamos tener presencia de la OTAN a lo largo de estos miles de kilómetros de infraestructura submarina”, dijo Stoltenberg. “Pero podemos ser mejores en recolectar inteligencia, compartir información, conectar los puntos, porque también en el sector privado hay mucha información” sobre movimientos de barcos y vigilancia marítima, agregó.


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