La crisis de Vélez: un cóctel entre tropiezos deportivos, tragedias y clima político caliente
El equipo lleva 11 partidos sin ganar por el torneo local; tras la renuncia de Gareca asumió de forma interina el DT de la Reserva, que venía trabajando en dupla con el fallecido Hernán Manrique; desde el club afirman que solo es un problema deportivo
De todas maneras, todavía falta mucho y no necesariamente se llegue a ese escenario de catástrofe. Aún restan 7 fechas del torneo actual y toda la Copa de la Liga, que también sumará para los promedios y para la tabla general de 2023. Y aunque es cierto que hoy Vélez está anteúltimo en la tabla de promedios de 2024 (solo por delante de Arsenal, que está prácticamente condenado) también existe la chance de que El Fortín puede reaccionar y reacomodarse. De hecho, está a solo 11 puntos de la zona de clasificación a la Copa Sudamericana. Y todo esto a menos de un año de haber llegado a las semifinales de la Copa Libertadores.
En un fútbol argentino caracterizado por lo difícil que es mantener procesos de trabajo, solo Boca y River se sostienen como protagonistas habituales en la lucha por los títulos. De los demás, hay momentos en que Defensa y Justicia, Racing, Argentinos o ahora Talleres se entrometen en esa pelea. Pero es un subeibaja constante, en el que a Vélez le toca, por estos días, pasar la mala racha.
En su búsqueda por salir adelante, el club fue a buscar a un ídolo, que además fue el DT en cuatro de los últimos cinco títulos ganados. Sin embargo, el ciclo de Ricardo Gareca duró apenas 12 partidos y el saldo fue muy pobre: un triunfo, cuatro derrotas y siete empates.
“Entendí que me contrataron para mejorar a Vélez y no lo conseguimos”, explicó hace poco el Tigre, cuando anunció su salida en conferencia de prensa. Y amplió: “El club está por sobre todos y eso fue lo que nos llevó a decidir alejarnos. Dimos todo a nuestro alcance”. En la decisión de Gareca también pesó su salud y la opinión familiar. Un partido antes de irse, tras la igualdad 2-2 con River, había confesado que había precisado de pastillas para conciliar el sueño.
Gareca no lo va a decir públicamente por una cuestión de códigos, pero entiende que encontró un plantel dividido entre los más experimentados y los juveniles, visualizó grietas que no pudo cerrar. Y eso, entre otras cosas, complicó su trabajo.
Otro hecho, mucho más trágico, ocurrió el 19 de mayo pasado. Uno de los entrenadores de la Reserva, Hernán Manrique, falleció a los 49 años tras descompensarse en la previa del partido de su equipo con Racing, debido a que sufrió un paro cardíaco cuando era trasladado a un centro de salud cercano.
Los golpes emocionales y anímicos por la falta de reacción hundieron al plantel en un escenario donde estuvo 10 partidos seguidos sin poder ganar (cuatro derrotas y seis empates) entre el 4 a 0 ante Central Córdoba del 21 de marzo y el 5 a 1 sobre Deportivo Español por los 32vos de final de la Copa Argentina, del miércoles de la semana pasada.
Ante la consulta de LA NACION, el club se despega de cualquier otra crisis que no sea estrictamente deportiva. “Lo futbolístico es realmente inexplicable, pero puede estar relacionado con un bajón anímico de los jugadores y la presión que sufren ante este contexto. Hay una tristeza generalizada por lo que está pasando, pero estamos convencidos de que saldremos adelante”, comparte Sergio García González, Tesorero de la institución.
Desde su rol, niega rotundamente las acusaciones vinculadas con una crisis económica: “En lo económico financiero estamos ordenados. Los dirigentes no nos escondemos, el socio nos ve. Gestionamos un club donde se desarrollan más de 50 disciplinas deportivas y culturales y un instituto educativo con 2300 alumnos. Cada fin de semana por el club pasan cerca de 10.000 personas”.
Según pudo saber LA NACION, el club tiene un déficit operativo que ronda los 850.000 dólares mensuales. El directivo explica que el déficit operativo “está vinculado al modelo de gestión como asociación civil, y se equilibra a lo largo del ejercicio anual por las dos ventanas de mercado de pases: invierno y verano, y los ingresos por recitales y publicidad”.
La crisis económica del fútbol argentino trasciende al club de Liniers. Los equipos que tienen cierto margen económico son Boca, River y Racing. Con un agravante para casi todos: el mercado argentino ya no es rentable para los jugadores y los equipos del exterior que buscan reforzarse con los jóvenes talentos hacen valer su dinero y ofertan menos de lo que pretenden los clubes.
Volviendo a la institución de Liniers, González resume los últimos años: “Venimos de dos años y medio en los que nos atravesó una pandemia, donde hubo que gestionar con muchísimo detalle para cuidar las finanzas. No dejamos de pagar nunca los salarios. Hubo inversiones en la sede, en la villa olímpica, en el polideportivo, se embelleció el estadio, se hicieron obras para poner el club a la altura de los requerimientos de la TV, de Conmebol y de FIFA. Pero sabemos que, aunque todo eso se haga con pasión y con un convencimiento de estar haciendo las cosas bien, todo lo tracciona el futbol y sus resultados”.
Por otro lado, existe en los pasillos del Amalfitani un murmullo generalizado donde se asegura que el clima preelectoral también desestabiliza. Desde las entrañas del club le cuentan a este diario: “Nos preocupa y nos asombran ciertas posturas, en donde se piden asambleas extraordinarias o incluso adelantar las elecciones. Este intento de romper la institucionalidad, algo que nunca pasó en la historia del club, también genera incertidumbre. Esto lo ha fogoneado un grupo de socios, que aprovechan el mal momento futbolístico. Pero es un tema 100% político, que impacta en lo deportivo”.
Otra voz del club asevera: “Hay gente que está rezando para que Vélez pierda. Que se alegra ante esa situación. Están jugando con Vélez como si fuese un caso líder. Eso se debe a la intromisión de ciertos partidos políticos que quieren comenzar a hacer pie en instituciones deportivas, en donde pueden manejar caja y llevarla a otros destinos, ajenos al objeto social, deportivo y cultural de la institución”.
En el plano político Sergio Rapisarda, que en 2021 se convirtió en el primer presidente reelecto después de 30 años, está señalado como el máximo responsable de ciertos pasos en falso. Entre otras cosas se le critica la cantidad de contratos que se cayeron durante la gestión de Pablo Cavallero como manager (Hernán de la Fuente, Pablo Galdames, Luis Abram y Alexander Domínguez, entre otros, quedaron en libertad de acción).
Cavallero estuvo en ese cargo durante tres años y nueve meses, hasta que en agosto de 2021 fue reemplazado por Christian Bassedas, que ya había ocupado el cargo entre 2008 y 2015. Su arribo sirvió para volver a potenciar las promesas de un semillero que siempre dio buenos frutos para el fútbol argentino.
El colmo sucedió este miércoles, cuando se viralizó un video en el que se ve a una mujer salir enojada de la inmobiliaria del presidente de Vélez Sarsfield, Sergio Rapisarda, y dar un portazo, lo que causó que la puerta de vidrio estallara en pedazos. La mujer, según lo denunciado por una empleada, habría ido a buscar al dirigente para quejarse porque el equipo lleva 11 partidos sin ganar en la Liga Profesional.
De acuerdo a lo que se ve en las cámaras de seguridad de la sucursal del barrio de Caballito de la inmobiliaria, la mujer ingresa al local, habla con una empleada haciendo gestos de enojo con las manos y luego ambas salen de plano hacia adentro del negocio.
A eso se le suma un contexto en donde un sector de los hinchas de Vélez que se caracterizan por su espíritu ciclotímico también se enoja con los referentes del plantel. El caso más emblemático fue cuando Lucas Pratto le marcó el 1 a 1 parcial a River (terminaron 2 a 2) y en su festejo se puso las manos detrás de sus orejas, como respondiendo a los murmullos y los insultos reinantes en Liniers. El Oso, que rara vez en su carrera reaccionó de esa forma, lleva anotados solo 9 goles en 71 partidos desde que volvió a vestir la casaca con la V azulada.
Luego de confirmarse la salida de Gareca, algo por lo que Bassedas luchó por evitar hasta el último segundo, quien quedó a cargo del equipo de forma interina es Marcelo Bravo, hasta entonces DT de la Reserva (líder del torneo de esa categoría), quien venía trabajando en dupla con Hernán Manrique, que falleció el 19 de mayo pasado.
Sergio Rapisarda declaró este jueves a radio La Red en línea con lo expresado por el tesorero González: “La gente está disgustada por la crisis futbolística que atraviesa el club. Puede no estar de acuerdo con nuestra dirigencia. Pero no pensé en renunciar porque los mandatos hay que terminarlos”. El máximo dirigente de Vélez confía en una reacción del equipo: “Hay un plantel importante y no es una palabra que me guste la ‘permanencia’. Soy el responsable de este momento futbolístico, pero tenemos instalaciones renovadas, 55 mil socios. Hoy en día estamos haciendo frente a todo nuestro presupuesto, tenemos dinero en los bancos”, destacó.
La crisis deportiva movilizó también a José Luis Chilavert, uno de los máximos ídolos del club, quien reconoció que está analizando presentarse en diciembre a las elecciones como candidato a presidente: “Estoy analizando seriamente ser candidato a presidente. Ya tenemos cerrados acuerdos con otras agrupaciones. Uniéndonos todos, vamos a potenciar mucho más. Dividiendo perjudicamos a la institución”, dijo por estas horas en Radio Mitre.
Resulta sorpresiva e impensada la crisis futbolística en la que se ve involucrado Vélez, pero es real. Los hinchas están enojados, mientras los dirigentes trabajan contrarreloj para buscar soluciones.