La contraofensiva ucraniana cobra impulso luego de semanas de preparación

Kiev intenta recuperar los territorios ocupados por tropas rusas en el sur y el este del país. Expertos afirman que es “un momento bisagra” en la guerra

Después de semanas de preparación, el ejército ucraniano parece haber lanzado al fin su contraofensiva para intentar romper las defensas rusas y anotarse un éxito indispensable de cara a la próxima etapa del conflicto, apuntan analistas.

“La contraofensiva ucraniana ha comenzado”, estiman numerosos observadores, entre ellos el centro de estudios estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), que no espera “una sola gran operación”, sino una serie de acciones coordinadas.

“A la vista del uso de materiales occidentales, parece que la ofensiva ucraniana está en curso”, estima el analista estadounidense Michael Kofman, citado por el diario The Financial Times.

Siguiendo la línea adoptada en los últimos días, las autoridades ucranianas se muestran muy vagas respecto al tenor de sus acciones.

Los rusos por su lado dicen haber repelido una ofensiva ucraniana en la región de Zaporizhzhia, en el sur, y aseguran que infligieron pérdidas importantes a las tropas de Kiev.

“Podemos afirmar plenamente que esta ofensiva ha empezado”, declaró Putin en un video difundido el viernes. “Las tropas ucranianas no lograron su objetivo en ninguno de los campos de batalla”, aunque el “régimen de Kiev sigue teniendo un potencial ofensivo”, añadió.

Desde hace semanas, Kiev multiplica las acciones sorpresa para configurar el campo de batalla a su favor: drones en Moscú, ataques en suelo ruso, operaciones de reconocimiento para poner a prueba las defensas del enemigo.

Foto de archivo: Militares ucranianos disparan un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes Partyzan   (REUTERS/Stringer)
Foto de archivo: Militares ucranianos disparan un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes Partyzan (REUTERS/Stringer)

Punto de inflexión

Ucrania se juega mucho. Las autoridades saben que no tendrán muchas ocasiones para repeler a los rusos y recuperar los territorios ocupados en el sur y el este del país.

“La presión sobre los ucranianos es muy fuerte, y tal vez estemos en un momento bisagra en la guerra”, comentó el miércoles un alto mando del ejército francés, refiriéndose a las acciones preparatorias que según él forman parte de la contraofensiva.

“Tengo la sensación de que irán por todo. Si funciona, negociarán en posición de fuerza, y si no funciona (...) en menos de dos años hay elecciones en Estados Unidos, algunos depósitos (de armas occidentales) han alcanzado niveles críticos, y saben que la situación está tensa”, apuntó el oficial.

Y añadió que “si no funciona, la negociación se hará en condiciones menos ventajosas” para los ucranianos, que “saben esto muy bien” y por eso mismo están “apostando fuerte”.

En Zaporizhzhia, donde los rusos dicen haber repelido un ataque, “el frente está ampliamente fortificado pero con menos densidad que en la región de Donetsk. Si llegan a Melitópol, es un objetivo estratégico, porque se corta el frente en dos. Todos los indicios convergen en esa zona”, en el sur, indicó al inicio de la semana a AFP el historiador militar francés Michel Goya.

Soldados ucranianos avanzan en un vehículo blindado de transporte de tropas M113 cerca de la ciudad de Bakhmut (REUTERS/Viacheslav Ratynskyi)
Soldados ucranianos avanzan en un vehículo blindado de transporte de tropas M113 cerca de la ciudad de Bakhmut (REUTERS/Viacheslav Ratynskyi)

Seis líneas defensivas

A lo largo del frente, los rusos desplegaron “unas seis líneas defensivas”, explicó una fuente militar francesa.

En la zona de Zaporizhzhia, en el sur, algunos rusos bautizaron esta estrategia como la “línea Fabergé”, en referencia a la estructura de las célebres piezas de joyería fabricadas para los zares en el siglo XIX.

“La primera línea está formada por puntos de apoyo que permiten ver lo que pasa, la segunda está orientada a frenar un ataque y está muy minada. Después está la artillería, los primeros tanques para el contraataque y al final las reservas, y después los puestos de comando y la logística”, detalló el oficial. Toda esta estructura ocupa unos 30 kilómetros.

Para los ucranianos, “las operaciones iniciales de la contraofensiva podrían ser las más difíciles y las más lentas”, según el ISW.

“Se prevén reveses iniciales” antes de que logren romper las líneas de defensa, que los rusos han establecido y consolidado desde hace meses.

“Me cuesta pensar que uno de los beligerantes pueda imponer una ventaja sobre el otro”, señaló la semana pasada una fuente de un servicio de inteligencia occidental.

La propaganda de ambos bandos se echará a andar y va a ser imposible durante un tiempo evaluar si hay éxito o fracaso.

“Es algo sobre lo que no se puede tener una idea en solo unos días de combate (...). La ofensiva se extenderá semanas, probablemente meses”, añadió el analista militar estadounidense Kofman en Twitter.


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