Juan Román Riquelme, en un blindaje emocional para el futbolista de Boca que fue y el vicepresidente que retoma la agenda del día

La Bombonera le rindió tributo en el partido despedida que enfrentó a jugadores xeneizes históricos con una formación del seleccionado, que tuvo a Messi, Di María y Paredes

Por entonces, se especulaba con un posible regreso para jugar la Copa Libertadores, pero no se lo volvió a ver más vestido de corto por la Bombonera. Hasta anoche. El reencuentro formal lo hizo como dirigente, tras consagrarse en las elecciones como opositor a la corriente que representaron Mauricio Macri y Angelici.

Riquelme tuvo un invitado de lujo con Lionel Messi
Riquelme tuvo un invitado de lujo con Lionel MessiJavier García Martino - Prensa Boca Juniors

Los exfutbolistas que alcanzaron la estatura de ídolos ponen en juego un capital emocional y sentimental importante cuando asumen la función de dirigente. Daniel Passarella y Carlos Babington sufrieron en carne propia las consecuencias de gestiones desacertadas. Las recetas que aplicaron en la cancha no les valieron cuando ocuparon los despachos. Juan Sebastián Verón está entronizado desde hace años en Estudiantes, con mejores resultados en lo estructural del club que en lo deportivo. Luis Artime rescató a Belgrano de la Primera Nacional y lo lleva con pulso firme.

Los hinchas de Boca siguen viendo en Román al mejor N° 10 de la historia. El jugador que les cumplió todas las fantasías, el que dejó recuerdos inolvidables. Las ovaciones que recibió anoche, de las tantas que escuchó como jugador, no estuvieron condicionadas por el balance que arroje su gestión.

Román decidió mezclar los tiempos: el tributo por lo que fue es contemporáneo con su función de acertar en la elección de los directores técnicos y el armado de los planteles. Todo en un año electoral. El tránsito del agradecimiento a la exigencia es inmediato.

Riquelme se permitió emocionarse, mucho más que cuando desde el palco sigue los goles de su equipo. “En lo único que pienso cada día es en cómo cuidar el cariño y el respeto que me tienen. Ojalá que dure hasta el último día”. Cerró la noche con un discurso a flor de piel, con las dotes de orador que ahora son más necesarias, porque desde que dejó de llevar la pelota pegada al botín derecho necesita convencer desde las palabras y los hechos. Hizo desfilar nombres estelares: Bianchi, Basile, Maradona, Messi. Los hinchas cantaron pidiendo la Copa Libertadores. Blindado sentimentalmente, Riquelme vuelve a la agenda del día.


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