El
jugador entendió que su situación era insostenible y, tras hablar con
su familia, llamó al club para comunicar que estaba dispuesto a
renunciar a buena parte de sus emolumentos.
As
Eden Hazard,
32 años, se fue manteado por sus compañeros sobre el césped del
Bernabéu el pasado domingo. A muchos les extrañó que el belga recibiese aplausos desde la grada y prácticamente ningún pito.
Todo tiene una explicación. El sábado se hizo oficial la rescisión de
su contrato con el Madrid, que expiraba en 2024. Trascendió
posteriormente que Hazard había renunciado a buena parte de los emolumentos de ese último curso
que tenía firmado (se dice que en torno a la mitad de esos 15 millones
netos que debía cobrar), lo que ha supuesto un alivio para la masa
salarial del Madrid y un respiro para Ancelotti, que ya no sabía qué
hacer con un jugador con el que no contaba casi ni para las pachangas de
los entrenamientos.
Hazard ha entendido que su situación era ya insostenible.
Aunque le respaldase un contrato, no era de recibo que fuese otro año
más el jugador mejor pagado de la plantilla para limitarse a ir a
entrenarse a Valdebebas e ir luego tranquilamente a su casa sabiendo que
el día de partido se iba a limitar a calentar banquillo. Era incómodo para el propio Eden y para sus compañeros.
Incluso, para el cuerpo técnico, que asumía que el belga tenía un buen
comportamiento con el grupo, pero era duro para él haber sido un
futbolista top mundial y sentirte ahora un integrante más del llamado
‘carrito del pescado’.
Todo eso le hizo reflexionar a Hazard, que tras hablar con su familia decidió llamar al club para comunicarles que estaba dispuesto a perder buena parte de sus ingresos
contractuales de la temporada 2023-24 con tal de conseguir la carta de
libertad. El Madrid le agradeció ese gesto porque de un plumazo se ha
resuelto un problema que llevaba camino de enquistarse. Hazard, ahora
mismo sin equipo, deja una tarjeta futbolística en el Real Madrid bastante ruinosa. Solo
76 partidos jugados, con 7 goles y 9 asistencias en sus cuatro cursos
en el Bernabéu. No era lo esperado tras desembolsar por él 100 millones
de euros al Chelsea en el verano de 2019. Sin duda, uno de los fichajes
menos rentables de la historia del club.