Hallan un fenómeno nunca antes visto en Marte
Un estudio, en el que ha participado el CSIC, aporta datos importantes sobre la sismología marciana. La clave es el llamado “zumbido marciano”, que hace las delicias de los investigadores.
El último grito de la ciencia, cuyo eco retumba en las llanuras marcianas color óxido, ha contado con aportación española de la mano del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Se trata, en esencia, de unas “oscilaciones libres” provocadas por la fusión de fenómenos atmosféricos y por el mayor sismo que el reconocidísimo dispositivo InSight de la Nasa ha registrado. Palabras técnicas que suenan difíciles, pero que permiten abrir una valiosa puerta de conocimiento al espacio exterior.
Vieja metodología para descifrar terremotos
Todas las teorías, con sus comprobaciones y cálculos, han quedado selladas bajo firma en un estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters. El objetivo, esclarecer la dinámica interna y la composición del planeta. Así lo sentencia el que rubrica semejante investigación: el experto de Geociencias Barcelona, Martin Schimmel; junto a él, son coautores Phillippe Lognonné y Eleonore Stuzmann, ambos del Institut de Physique du Globe de Paris. Un equipo de lujo para una conclusión de alturas siderales.
“Las oscilaciones libres son una medida fundamental para determinar la estructura promedio, especialmente a grandes profundidades”, afirma Schimmel, en una justificación de la metodología que bien vale lo que tanto persigue: “Estas mediciones permitirán determinar las propiedades físicas de las capas principales y construir modelos de referencia que abarquen todo el planeta”.
En pocas y fáciles palabras, el estudio ha detectado 60 frecuencias correspondientes al ‘martemoto’ -un nombre no premiado por la originalidad- de magnitud 4′7 que se registró el pasado mes de diciembre y gracias a la contribución del InSight de la NASA.
El misterio del llamado “zumbido marciano”
No es la principal conclusión que un sismo genere vibraciones, sino que estas, por lo visto, son constantes y continuas en Marte. Lo han denominado “zumbido marciano”. Y la particularidad es todavía mayor cuando se comprueba que es el único que, junto a la Tierra, manifiesta este tipo de ondas. Curiosamente, ha sido una técnica previa a los ordenadores, el ‘análisis de desplazamiento de fasores’, ya que la debilidad de las señales impedía otro tipo de métodos.
Los nuevos datos aumentan el conocimiento sobre la sismología en el planeta rojo, pincelada valiosa para el retrato en construcción de Marte. Y siguen asombrados los científicos. La Tierra y su inmediato vecino caminan en una senda planetaria muy parecida, de condiciones bastante similares. Hasta tal punto que proyectan en sus dunas oxidadas los sueños que susurran a los telescopios.