Gal Gadot: «No me obsesiona mi aspecto y no me cuestiono si ha opacado mi talento. No me hago esas preguntas»
Tras conquistar la taquilla e inspirar a toda una generación con 'Wonder Woman', Gal Gadot exhibe sus superpoderes también detrás de la cámara para interpretar los personajes con los que siempre soñó. El 'thriller' de espías 'Heart of Stone' es el primer —y adrenalínico— ejemplo.
Su personaje en Heart of Stone se aleja del arquetipo de protagonista masculino del género. No intenta salvar el mundo por sí sola, sino que se apoya en las relaciones que forja durante el camino.
Quería que Rachel Stone tuviera defectos, que no siempre encontrara la
respuesta correcta y que entrara en conflicto con los desafíos que
aparecen ante ella. Creo que hay algo muy primitivo en el deseo de no
querer sentirse sola y aislada. Buscaba explorar esa necesidad de estar
rodeada de gente, de establecer las relaciones humanas que todos
buscamos.
Hay pocas disciplinas de riesgo que no practique en la película: paracaidismo, tirolina, salto base, persecución en moto de nieve, peleas en el aire… ¿Le queda algo por hacer?
¡Lanzarme a un fuego ardiente y caminar sobre piedras calientes! Hemos
aspirado a lo más alto, a hacerlo lo más grande posible, pero
asegurándonos siempre de que todo era realizable, de que un ser humano
puede hacer las cosas que hemos rodado. Mi objetivo era que todo fuera
muy de verdad, que no pareciera otra de superhéroes.
Teniendo en cuenta que sirvió dos años como instructora de
combate en el ejército, ¿le ha ayudado su formación militar a la hora de prepararse para tanta acción?
No sé si es mi formación militar, yo diría que ha influido más el hecho
de haber sido bailarina durante años. Cuando bailas tienes que
expresarte a través de tu cuerpo porque es la única herramienta de
lenguaje de la que dispones. En esas escenas tienes que coordinar tus
movimientos porque van con un ritmo, una velocidad y una intención muy
concretas. Es otra forma de expresión corporal y la viví como algo muy
natural.
Es curioso cómo varias de las actrices que han triunfado en
el género, como Charlize Theron o Milla Jovovich, también fueron
modelos. ¿Encuentra similitudes entre desfilar por la pasarela y dar patadas?
Sí que podría haberlas. El cuerpo tiene una manera de comunicarse sin
palabras y todo depende de la intención que le pongas a lo que muestras.
Sucede cuando desfilas, cuando bailas o cuando peleas. Por ejemplo,
recuerdo caminar por la pasarela cuando era modelo, hace ya muchos años,
y sentirme imparable.
Muchas de sus colegas de generación también están apostando por producir las películas que protagonizan. ¿Cuáles son los beneficios?
En este caso es porque la idea para hacer la película fue mía y de mi
marido, Yaron. Si nosotros no hubiéramos producido, impulsado y
desarrollado la historia nunca habría tenido la oportunidad de
interpretar a Rachel Stone. La producción es solo una manera de poder
cumplir nuestros sueños. Si tengo un papel soñado que quiero
interpretar, desarrollar yo misma la historia y tener mi propia
productora es una increíble ventaja para poder conseguirlo.
¿Y cómo ha sido trabajar codo con codo con él? ¿Evitaban hablar de trabajo al cenar en casa?
[Ríe] No, ha sido genial. Yaron es una persona muy creativa, con una
gran mentalidad empresarial y una vez aceptas que no se va a estar
siempre de acuerdo se puede hablar sobre cualquier cosa. Somos el tipo
de pareja que está muy acostumbrada a hacerlo todo juntos y lo
disfrutamos, ha sido una decisión orgánica.
Quiero retroceder hasta 2017, cuando Wonder Woman
irrumpe en los cines. Poco después el movimiento #MeToo explota y su
personaje se transforma en un icono feminista global. ¿Cómo vivió
aquellos días?
Lo recuerdo como si lo hubiera observado desde un tren en marcha. Yo
acababa de tener a mi segunda hija [Maya], tenía unas ocho semanas
cuando se estrenó la película y ese mismo mes tuve que someterme a una
operación de espalda por una lesión que sufrí durante el rodaje. Si lo
piensas es hasta gracioso porque la gente pensaría que en aquellos días
yo estaba descorchando una botella de champán y sintiéndome lo más desde
la cima del monte Olimpo, pero estaba lidiando con muchos frentes y
asuntos personales. Y, además, toda esa exposición y esa fama
repentinas… fue muy abrumador.
¿La desbordó verse erigida en un fenómeno social?
Me encantó, pero nunca sentí que todo lo que sucedía tratara sobre mí.
Siempre pensé que yo solo era un recipiente para este personaje. No era
yo, era Diana. Así que eso lo hizo mucho más llevadero.
En sus comienzos pudo dar vida a una espía, su primer casting en Hollywood fue para una película de James Bond, Quantum of Solace.
No conseguí el papel, así que continué estudiando. La verdad es que
resulta divertido ver lo inescrutables que son los caminos de la vida y
cómo cuando se cierra una puerta otra se abre para ti en el futuro. Todo
ese proceso me hizo entender que realmente sí que quería convertirme en
actriz.
Por entonces cursaba Derecho y Relaciones Internacionales.
¿Era importante estudiar una carrera antes de sumergirse en la
industria?
Tener una educación siempre fue algo fundamental. Hasta la audición de
James Bond nunca había pensado en meterme en el cine, así que mi carrera
universitaria lo era todo para mí. Desde pequeña me han enseñado que
eso es lo único que nadie te puede quitar una vez la has conseguido, así
que valoro mucho mi educación.
A su personaje en Heart of Stone le ordenan evitar
cualquier tipo de relación o amistad en favor de su trabajo de espía.
¿Ha tenido que hacer también sacrificios en su vida personal para ser
actriz?
Sí, por supuesto. Para empezar, todos nuestros amigos y familiares están
en Israel y nosotros vivimos en Los Ángeles, una ciudad que amamos pero
que está situada en el otro extremo opuesto de la gente a la que
queremos. Hay que pagar un precio, pero soy de las que piensan que todas
las cosas buenas cuestan. Ha merecido la pena.
En los perfiles publicados sobre usted siempre se destaca su
belleza y hasta Margot Robbie dijo hace poco que era “imposiblemente
bella”. Más allá del halago, ¿ha sentido que su físico opacaba su
talento?
¡Guau! Ante todo, que eso venga de una persona tan hermosa como Margot
Robbie es un enorme cumplido. [Medita durante varios segundos] Para ser
completamente transparente contigo, la verdad es que no tengo ese tipo
de pensamientos. No me obsesiona mi apariencia física, me apasionan otro
tipo de cosas que no tienen nada que ver con mis looks. Ese es mi único impulso, mi motivación y lo que mantiene ocupado mi cerebro. No me hago esas preguntas.
¿Y cómo ha evolucionado su estilo personal a lo largo de los años? ¿Se permite jugar más?
Siempre pienso que menos es más y que la sofisticación es la mejor
clave. No importa qué tipo de prendas vistes, sino quién las viste. Y yo
soy ese tipo de persona. Me gusta la ropa que complementa a aquellos
que la lucen, no la que los define por completo.
El próximo año dará vida a la reina malvada en la nueva adaptación de Blancanieves. ¿Le emociona ser ahora la antagonista?
Ha sido un papel tan encantador y placentero que solo puedo estar
contenta. Me siento agradecida por interpretar a una de las primeras
villanas de Disney y por tener la oportunidad de hacer un musical, un
género que me ha permitido ser más dramática e interpretarlo todo de una
forma más grandilocuente y deliciosa. Lo he disfrutado de verdad.
Su coprotagonista en la película, Rachel Zegler, tuvo que
soportar el odio de las redes por ser latina. Algo parecido a lo que
vivió usted cuando se anunció la próxima adaptación de Cleopatra. ¿Cómo se convive con este tipo de acoso online?
No hace falta acostumbrarse si no le prestas demasiada atención. Mi
brújula está solo centrada en el personaje, en la historia. Me apasiona
Cleopatra porque siempre se ha considerado una figura muy
unidimensional. Su nombre es conocido por todo el mundo, pero la mayoría
solo la percibe como alguien muy seductora y sexual… Ella fue
muchísimo, muchísimo más. Me encantaría tener la oportunidad de celebrar
su figura, su vida y su filosofía.
En el filme su personaje debe proteger a una inteligencia
artificial que salvaguarda la paz en el mundo. Como actriz, ¿siente que
la inteligencia artificial acabará siendo una amenaza para su profesión?
Honestamente, todavía no puedo valorarlo. Lo que parece claro es que la
inteligencia artificial se va a convertir en un factor importante en las
vidas de todos y es fascinante ver lo rápido que se ha transformado en
algo tan real. Solo el tiempo podrá decirlo.