El Senado de los Estados Unidos aprobó el acuerdo que suspende el límite de la deuda y lo enviará a Biden para su firma

Con 63 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de ley pasó el último escalón legislativo eliminando la amenaza de un incumplimiento crediticio solo cuatro días antes de la fecha límite establecida por el Tesoro

Infobae
Los senadores estadounidenses votaron a favor de suspender el límite de la deuda federal, eliminando la amenaza de un incumplimiento crediticio solo cuatro días antes de la fecha límite establecida por el Tesoro.

Con 63 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de ley pasó el último escalón legislativo antes de acabar en el Despacho Oval para que el presidente, Joe Biden, estampe su firma.

El borrador fue aprobado por el Senado un día después de que la Cámara Baja, en manos de los republicanos, le diera su visto bueno. La medida suspende el techo de la deuda para los próximos dos años, hasta después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024.

“Ahora mismo, senadores de ambos partidos han votado a favor de proteger el progreso económico que tanto nos ha costado conseguir y evitar el primer impago de la historia”, expresó el presidente Joe Biden a través de Twitter minutos después de conocerse la noticia.

Aseguró que “este acuerdo bipartidista es una gran victoria para nuestra economía y para el pueblo estadounidense”.

“Nuestro trabajo está lejos de haber terminado, pero estoy deseando firmar este proyecto de ley lo antes posible y dirigirme directamente al pueblo estadounidense mañana”, agregó Biden en su mensaje.

Pronunciamiento de Joe Biden en Twitter tras conocerse la decisión del Senado de EEUU.
Pronunciamiento de Joe Biden en Twitter tras conocerse la decisión del Senado de EEUU.

Entretanto, el líder de la mayoría demócrata en la cámara, Chuck Schumer dijo poco antes de la votación que ”Estados Unidos puede respirar tranquila porque con este proceso estamos evitando la suspensión de pagos”.

La iniciativa contempla una ligera disminución en el gasto destinado a programas financiados por el Congreso en ámbitos que no son la defensa nacional, como la sanidad, la educación y la protección del medio ambiente; y recoge un incremento de los fondos para defensa del 3%, por debajo del nivel de la inflación actual.

Asimismo, endurece los requisitos de trabajo para acceder a prestaciones sociales, como los cupones de alimentos, y rescinde 28.000 millones de dólares no gastados que habían sido asignados a programas de ayuda frente a la pandemia.

En paralelo, recorta parte de los nuevos fondos destinados a la Hacienda pública para reasignarlos a partidas que no sean de defensa y contempla la reanudación de los pagos por parte de los estudiantes universitarios de la deuda que tengan acumulada.

Chuck Schumer expresó poco antes de la votación que ”Estados Unidos puede respirar tranquila porque con este proceso estamos evitando la suspensión de pagos”. (REUTERS)
Chuck Schumer expresó poco antes de la votación que ”Estados Unidos puede respirar tranquila porque con este proceso estamos evitando la suspensión de pagos”. (REUTERS)

Rechazo a la votación del acuerdo

El episodio de tensión durante la noche de este jueves en el Senado se produjo después de una serie de votaciones fallidas sobre las enmiendas buscadas principalmente por los republicanos que amenazaron en un momento con retrasar el proceso, arrastrándolo hasta el fin de semana.

Los senadores eligieron ofrecer 11 ajustes al texto de 99 páginas, muchos objetando los niveles de financiación para sus proyectos favoritos, desde el control fronterizo y el comercio chino hasta los impuestos y el medio ambiente, y cada uno requiere un voto.

Uno de los senadores republicanos más contundentes en su rechazo al borrador por su recorte en defensa fue el legislador por Carolina del Sur Lindsey Graham, quien criticó a sus compañeros de partido en la Cámara Baja y a McCarthy.

“A mis colegas en la Cámara (de Representantes), no puedo creer que hayan hecho esto”, dijo Graham en su intervención en el hemiciclo este jueves.

Y dirigiéndose a McCarthy agregó :”Sé que usted tiene un trabajo duro, usted me gusta, pero el partido de Ronald Reagan está muriendo, no me diga que el presupuesto de defensa, que es 42.000 millones de dólares por debajo de la inflación, financia totalmente la Fuerzas Armadas”, lamentó.

El veterano senador amenazó con bloquear la votación de la medida en el pleno a menos que se le ofrezcan garantías de que el gasto en defensa pueda aumentarse.

Junto a Graham otros senadores conservadores se expresaron de manera similar: De hecho, el legislador Tom Cotton, que representa a Arkansas, presentó una enmienda para incrementar los fondos para defensa en el proyecto de ley para elevar la deuda.

El presupuesto no debería dar forma a nuestras necesidades en defensa”, avisó Cotton, quien consideró que deberían ser dichas necesidades las que conformaran el presupuesto.

La aprobación del acuerdo en ambas cámaras del Congreso era crucial para que el país no incurriera en un impago de su deuda pública, después de que el pasado enero se alcanzara el techo de deuda, el límite legal al dinero que EEUU puede pedir prestado para hacer frente a sus compromisos.

El techo se ha elevado más de 100 veces desde entonces para permitir que el gobierno cumpla con sus compromisos de gastos, generalmente sin drama y con el apoyo de demócratas y republicanos, y se ubica en alrededor de USD 31,5 billones.

Ambas partes consideran que aumentar el límite de la deuda es políticamente tóxico, aunque reconocen que no hacerlo hundiría a la economía estadounidense en una depresión y agitaría los mercados mundiales, ya que el gobierno no pagaría la deuda.

Los republicanos esperaban armar la extensión para hacer campaña contra lo que ven como un gasto excesivo demócrata antes de las elecciones presidenciales de 2024, aunque los aumentos en el techo de la deuda solo cubren los compromisos ya asumidos por ambos partidos.

Kevin McCarthy, el principal legislador de la Cámara liderada por los republicanos, había promocionado el proyecto de ley que pasó semanas negociando como una gran victoria para los conservadores, aunque enfrentó una reacción violenta de los intransigentes de la derecha que dijeron que había hecho demasiadas concesiones en los recortes de gastos.


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