El líder de Palaos pidió ayuda a EEUU por la presencia de barcos chinos en sus aguas

El presidente Surangel Whipps Jr denunió que tres embarcaciones del régimen de Xi Jinping se acercaron peligrosamente a sus cosas, en el Pacífico

La nación insular de Palaos, en el Pacífico, necesita la ayuda de Estados Unidos para disuadir las “actividades no deseadas” de China alrededor de sus costas, dijo el último jueves su líder y reiteró la determinación de su gobierno de mantener lazos diplomáticos con Taiwán.

El presidente de Palaos, Surangel Whipps Jr., dijo en una conferencia de prensa en Tokio que tres barcos chinos han entrado “sin invitación” en aguas de su país desde que asumió el cargo en 2021, y subrayó la necesidad de un mayor respaldo estadounidense para mejorar la disuasión contra el movimiento asertivo de China en la región.

“Estados Unidos es responsable de nuestra seguridad y también les informaríamos de que necesitamos que se comprometan y nos ayuden a disuadir cualquier actividad no deseada”, dijo Whipps.

Whipps dijo que los buques chinos parecían estar realizando actividades de prospección en aguas de Palaos “sin nuestro permiso”. Dijo que navegaban directamente desde China mientras se aproximaban muy lentamente sobre zonas sensibles donde existen cables de fibra óptica. Describió la actividad como “una violación del orden internacional basado en normas”.

Lo primero que harían las autoridades marítimas de Palaos en estos casos es llamar a la Guardia Costera estadounidense, pero sus unidades tienen base en Guam y no siempre pueden acudir al rescate, como en caso de tifón, explicó.

Aunque la presencia china es importante para la economía y el turismo de Palaos, el país insular sigue manteniendo lazos diplomáticos con Taiwán.

“Nuestra administración ha dejado claro que no somos enemigos de nadie, sino amigos de todos”, afirmó Whipps. “Mientras seamos amigos de Taiwán, aceptamos que cualquiera sea nuestro amigo, pero ese amigo no puede decirnos que no se puede ser amigo de otro porque no es nuestro amigo”.

Whippes sugirió que su país fue castigado por mantener lazos diplomáticos con Taiwán, citando la fuerte caída de los turistas chinos, que representaban alrededor de dos tercios del turismo de Palaos hasta finales de la década de 2010, a casi cero.

“Seguiremos siendo un fuerte aliado y amigo de Taiwán”, dijo Whipps Jr. “Mientras yo sea el presidente, no voy a cambiar”.

La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, da la bienvenida al presidente de Palaos, Surangel Whipps, en una ceremonia en Taipéi, Taiwán, el 6 de octubre de 2022. REUTERS/Ann Wang
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, da la bienvenida al presidente de Palaos, Surangel Whipps, en una ceremonia en Taipéi, Taiwán, el 6 de octubre de 2022. REUTERS/Ann Wang

Estados Unidos y su aliado Japón, así como Australia, han intensificado su cooperación económica y de seguridad y su compromiso en la región del Pacífico ante la creciente actividad asertiva de China en la zona.

El Primer Ministro Fumio Kishida, durante sus conversaciones del jueves con Whipps, prometió el apoyo japonés a la promoción turística de Palaos, el refuerzo de las infraestructuras y otras áreas, al tiempo que reforzaba la cooperación económica y de seguridad entre ambos países.

Durante su visita a Japón, Whipps también visitó la central nuclear de Fukushima Daiichi, devastada por el tsunami, para ver los preparativos para el vertido previsto de aguas residuales radiactivas tratadas al océano Pacífico este verano. Afirmó que confía en las medidas de seguridad de Japón y se sintió tranquilo tras visitar la central y la región de primera mano.

El plan se ha enfrentado a fuertes protestas de las comunidades pesqueras locales, preocupadas por la seguridad y el daño a la reputación. Los países vecinos, como Corea del Sur, China y varias naciones insulares del Pacífico, también han expresado su preocupación por la seguridad.

Las autoridades japonesas afirman que el agua se somete a pruebas y se diluye con grandes cantidades de agua de mar antes de su vertido al mar durante décadas, lo que la hace inofensiva para las personas y la vida marina. Algunos científicos respetados afirman que se desconoce el impacto de la exposición a largo plazo a dosis bajas de radionucleidos y que debería retrasarse el vertido.

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