El insulto de Sebastián Battaglia a un hincha de Huracán en el partido con Newell’s y la furia de Gabriel Heinze contra el referí

Los entrenadores explotaron contra un plateísta y el juez Luis Lobo Medina, respectivamente, en un partido lleno de enojos que terminó 1-1

LA NACION

Huracán, que estaba penúltimo y todavía no había ganado con Sebastián Battaglia como entrenador, recibió este viernes a Newell’s Old Boys en la continuidad de la 21ª fecha de la Liga Profesional. El Globo pasaba por un delicado momento: antes del encuentro figuraba penúltimo, junto a Vélez y Banfield, con un punto más que Arsenal. El equipo quemero llevaba nueve partidos sin ganar entre el torneo y la Copa Sudamericana, incluidas cuatro derrotas seguidas que habían puesto en riesgo la continuidad del joven y cuestionado entrenador, que fue despedido por Juan Román Riquelme luego de que consiguiera dos estrellas en Boca.

Además, Huracán llevaba seis partidos sin anotar goles en la Liga, de los cuales había perdido cuatro (Lanús, Central Córdoba, Unión y Gimnasia) y empatado dos (Sarmiento y Godoy Cruz). De hecho, con Battaglia al mando no había marcado goles en el certamen argentino. La última victoria del cuadro de Parque Patricios había tenido lugar en la fecha 14ª, un 2-1 a Arsenal como local.

Los simpatizantes quemeros estallaron con varios cantos contra el equipo.Fotobaires

Enfrente tuvo al irregular Newell’s de Gabriel Heinze, que venía de un 1-1 como local de Unión en Rosario, donde cumplió una buena actuación, en contraste con el juego y los resultados que exhibe como visitante.

El partido fue intenso. En el campo de juego, y sobre todo en las tribunas. Cuando Jorge Recalde abrió el marcador a los 22 minutos, los simpatizantes quemeros empezaron a mostrar su nerviosismo: del “que se vayan todos, que no quede ni uno solo” pasaron en pocos minutos al “a ver si ponen h..., que no juegan con nadie”. E incluso Newell’s dispuso de dos o tres situaciones de gol claras en la primera mitad, pero el Globo empató por medio de Walter Mazzantti casi en el cierre del período inicial.

En ese momento, cansado de los insultos y los reproches de los espectadores, Battaglia apuntó a un plateísta en particular. El director técnico dio media vuelta y le recriminó: “Alentalo, ca...”. El grupo que acompañaba al hincha contestó con insultos y reproches tácticos. Más tarde, el equipo fue insultado por gran parte del estadio. Y en el descanso hasta hubo que corregir un problema en ese sector, detrás del banco de los suplentes, porque había cedido una parte del alambrado. Se temió algo más grave, que no sucedió.

La correcta expulsión a Ángelo Martino, a los 25 segundos del segundo capítulo, transformó la situación: Huracán se fue con todo hacia el ataque. Y Battaglia prefirió volver a su habitual tranquilidad. Pero algo se rompió con los simpatizantes del club de Parque Patricios. Para colmo, su equipo luego desperdició un penal, cuando Santiago Hezze ejecutó débilmente, y falló, un penal a los 43 minutos, con el 1-1 en el tanteador. Más tarde y mucho más tranquilo, Battaglia ofreció sus disculpas. “Antes que cualquier pregunta quería pedir disculpas por lo sucedido con el hincha, estuvo todo el encuentro insultando y el inconveniente fue solamente con él. Pido disculpas, no soy hacer, tienen que entender que tengo sangre en las venas”, advirtió, un poco conmovido por la situación.

Compacto de Huracán 1 vs. Newell’s 1

Así, entre muchos insultos y con el empate, concluyó un encuentro en el que nadie terminó conforme: el otro DT, Gabriel Heinze, y los futbolistas de Newell’s se arremolinaron alrededor del árbitro Luis Lobo Medina y lo hostigaron. “¿Quieren ser los protagonistas ustedes? Son los jugadores los protagonistas; ¡no son ustedes! ¡Cuiden un poquito! ¡No sea tan, tan, tan malos! ¡Piensen! ¡Pensá un poco, que ése es tu trabajo! No tenés que arruinar. ¡Empezá a educar! ¡Educá! Y si no sabés, ¡te tienen que educar a vos! ¿Entendés?”, les gritó el entrenador entrerriano a los jueces, particularmente al principal, mientras un colaborador suyo alejaba a un camarógrafo y a un asistente técnico de forma amenazante.