El emotivo discurso de Tom Hanks ante los graduados de Harvard: la anécdota con Marlon Brando y un pedido muy especial
El actor contó un intercambio con el legendario actor de “El Padrino” y centró su mensaje en la defensa de la verdad para que no sea tergiversada
“En ocasiones como ésta, desconfíe de aquellos que recurren a citas sabias o la mención de nombres de amigos famosos (...), como reivindicación de cierta sabiduría. O como me dijo una vez un hombre llamado Marlon Brando...”, dijo, causando una carcajada general.
No obstante, la anécdota del legendario protagonista de El Padrino, conocido por su activismo en defensa de minorías, fue más profunda. Así continuó Hanks: “Me contó que cuando era joven y se inscribió en el servicio militar obligatorio, rellenó el formulario con su nombre y edad. Pero cuando se trataba de su raza, escribió ‘Humano’. ‘Pero Tommy, ¿qué somos, sino humanos?’. Sí, lo somos. Somos humanos”.
Posteriormente, centró su discurso en la verdad (que es el lema de Harvard, veritas) en el marco de las fake news y la necesidad de defender los ideales.
“Para algunos, la verdad ya no es empírica. Ya no se basa en datos, ni en el sentido común, ni siquiera en la decencia”, dijo el ganador de dos premios Oscar durante su discurso. “Decir la verdad ya no es la referencia para el servicio público”, dijo. “Ya no es el bálsamo para nuestros miedos, ni la guía de nuestras acciones. La verdad se considera ahora maleable, por la opinión y por los juegos finales de suma cero”.
El icono de Hollywood, que ha interpretado a un astronauta, a un soldado, a un niño en el cuerpo de un hombre e incluso a un profesor de Harvard a lo largo de décadas de carrera cinematográfica, dijo que los más de 9.000 graduados de la 372ª ceremonia de graduación de Harvard tenían que elegir.
“Es la misma opción para todos los adultos que tienen que decidir ser uno de los tres tipos de estadounidenses: los que abrazan la libertad y la libertad para todos; los que no; o los que son indiferentes”, dijo. “Sólo los primeros hacen el trabajo de crear un país más perfecto, una nación indivisible. Los otros estorban”.
Casi al final del discurso, insistió ante un grupo en el que no sólo había estudiantes universitarios, sino también graduados de las escuelas profesionales y de extensión de Harvard. “La responsabilidad es de ustedes. Nuestra. El esfuerzo es opcional. Pero la verdad, la verdad es sagrada. Inalterable. Cincelada en la piedra y en los cimientos de nuestra república”, dijo.
Hanks, doctor honoris causa en Filosofía y Letras, se burló de su propia falta de credenciales académicas en un escenario repleto de algunas de las mentes más brillantes y los científicos más consumados del mundo.
“No es justo, pero no se amargue por ello”, dijo Hanks. “Ahora, sin haber trabajado ni un poco, sin haber pasado tiempo en clase, sin haber entrado ni una sola vez en esa biblioteca -para tener algo que ver con la promoción de Harvard, su profesorado o sus distinguidos ex alumnos-, me gano muy bien la vida interpretando a alguien que sí lo hizo”, dijo en referencia a su interpretación del ficticio profesor de Harvard Robert Langdon en tres películas basadas en las novelas de Dan Brown: El código Da Vinci, Ángeles y demonios e Inferno. “Así es el mundo, chicos”, dijo entre carcajadas.
De todas formas, parece ser alguien apropiado para hablar de la verdad y la confianza. Una encuesta de años atrás de Reader’s Digest indicó que Hanks era la persona en la que más confiaban los estadounidenses,
Antes de que Hanks se dirigiera al podio para pronunciar su discurso, el presidente de Harvard, Lawrence Bacow, que presidía su última ceremonia antes de dimitir, llamó a Hanks “el mejor amigo de Wilson, el colega de Buzz, el salvador de Ryan, el padre de América”, y le regaló una pelota de voleibol de Harvard, en homenaje a su papel en El Náufrago, donde para mantener la cordura su personaje habla con una vieja pelota Wilson.
Hanks demostró ser la persona más popular sobre el escenario, posando para hacerse selfies con miembros del profesorado antes de la ceremonia y dando puños de saludo y felicitación a los estudiantes que se graduaron con honores.
“Que la bondad y la misericordia los acompañen todos los días”, dijo, haciendo referencia a un versículo bíblico. “Todos los días de sus vidas. Buena suerte”.