Donald Trump habló tras presentarse ante la justicia de Miami: “La investigación es un atroz abuso de poder”
El ex presidente de Estados Unidos dio un discurso luego de ser procesado por el caso de los documentos clasificados encontrados en su casa
Ante partidarios congregados en su club de golf de Nueva Jersey, Trump acusó a la Administración Biden de arremeter contra él, “su principal adversario político” de cara a las presidenciales del año que viene, en las que podría ser su rival si logra la nominación republicana.
“Es injerencia electoral”, dijo.
Es la primera vez que un ex presidente estadounidense es inculpado a nivel federal. La fiscalía lo acusa de haber conservado documentos confidenciales tras abandonar la Casa Blanca, en los que figuraba información secreta sobre armas nucleares.
Horas antes, un juez federal le leyó en Miami los 37 cargos que le imputa, entre ellos los de “retención ilegal de información relacionada con la seguridad nacional”, “obstrucción a la justicia” y “falso testimonio”.
“Nos declaramos sin duda no culpable”, dijo Todd Blanche, el abogado de Trump durante la audiencia.
El ex presidente, que este miércoles cumple 77 años, permaneció en silencio y con un semblante serio.
“Uno de los días más tristes en la historia de nuestro país. Somos una nación en declive”, afirmó Trump en su plataforma Truth Social, y repitió que se considera víctima de una “cacería de brujas”.
A la salida del juzgado, en un restaurante cubano convertido en centro de reunión de militantes republicanos, Trump recibió un baño de multitudes.
“Creo que transcurre bien”, declaró a sus simpatizantes que se adelantaron un día para cantarle el “cumpleaños feliz”.
Respaldo
Un grupo de partidarios del ex presidente lo esperó este martes en el exterior de la corte con gorras rojas con el lema “Make America Great Again”.
“No puedo creer que esté pasando por esto otra vez”, dijo a la agencia de noticias AFP Lázaro Ezenar. Se refiere a los cargos penales por fraude contable presentados contra Trump en abril en el estado de Nueva York, a raíz de un pago realizado antes de las presidenciales de 2016 para silenciar a una actriz porno que dice haber sido su amante.
El caso de Miami parece más comprometedor que el de Nueva York, aunque Trump ha demostrado más de una vez que sobrevive políticamente a los problemas, cuando no los convierte en una oportunidad.
En Estados Unidos una ley obliga a los presidentes a enviar todos sus correos electrónicos, cartas y otros documentos de trabajo a los Archivos Nacionales y otra prohíbe guardar secretos de Estado en lugares no autorizados e inseguros.
En enero de 2021, cuando se fue de la Casa Blanca rumbo a su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, Trump se llevó decenas de cajas llenas de archivos.
Allanamiento del FBI
Según el acta de acusación, esas cajas quedaron apiladas en el escenario de una sala de baile del complejo hotelero antes de ser transportadas hasta un trastero cerca de una piscina. Algunas llevaban la mención “secreto defensa”.
En enero de 2022, tras recibir varias solicitudes de las autoridades, Trump decidió devolver cajas con unos 200 documentos clasificados.
Convencidos de que no había entregado todos los documentos en su poder, varios agentes del FBI registraron Mar-a-Lago el 8 de agosto y se llevaron otra treintena de cajas con 11.000 documentos en su interior.
Después de su inculpación en Nueva York, Trump se jactó de haber recibido millones de dólares de sus seguidores. Muchos de ellos, convencidos de que el ex presidente es víctima de un complot, le siguen dando su apoyo contra viento y marea.
Un apoyo que es necesario para Trump quien enfrenta otras investigaciones judiciales. Una fiscal de Georgia debe anunciar de aquí a septiembre el resultado de su investigación sobre las supuestas presiones que ejerció para intentar cambiar el resultado de las presidenciales de 2020.
El ex mandatario también está bajo el foco de la justicia por su presunto papel en el ataque al Capitolio por parte de una turba de seguidores del magnate en enero de 2021.
El juicio penal por el caso abierto en Nueva York se celebrará probablemente a principios de 2024, en plena campaña por las primarias republicanas, en las que Trump es el gran favorito.