Bombazo total en la NBA: Chris Paul, a los Warriors
Chris Paul, uno de los mayores atractivos del mercado, llega a los Warriors con 38 años en busca de un esquivo anillo. Los Wizards reciben a Jordan Poole.
La noticia, adelantada de forma simultánea por los de siempre, Shams Charania (The Athletic) y Adrian Wojnarowski (ESPN), cuenta que para hacerse con el base, los Warriors han dado a Jordan Poole, una selección de primera ronda protegida del año 2030, una segunda ronda del 2020 y a Ryan Rollins, elegido en la segunda ronda del draft de 2022 y que apenas ha contado con protagonismo en el equipo (2022). No es fuerte la multa: se va un jugador como Poole, eternamente cuestionado, y algunas rondas del draft por un hombre como Paul, que hace unos años habría valido mucho más, pero que no deja de tener un talento inequívoco a pesar de la edad.
Ahora, la pelota está en el tejado de los Warriors. Se liberan del contrato de Jordan Poole, esos 128 millones de dólares en cuatro temporadas que empezará a cobrar al inicio del próximo curso, pero asumen el de un Paul que, a no ser que sea cortado antes del 28 de junio (todo es posible), percibirá 30 millones este curso con otros 30 para el curso que viene que no estarán garantizados hasta el mismo día del año 2024. En Golden State ya se paga una cantidad ingente de dinero en el impuesto de lujo y todavía están pensando qué hacer con Draymond Green, agente libre que en su día no fue renovado cuando sí lo fue el propio Poole. Dentro de todo esto, el periodista Chris Haynes (TNT y Bleacher Report) ha filtrado que los Warriors no planean cortar el base y que la idea será intentar ganar el anillo con él.
¿Quién gana y quién pierde?
Si se confirma que los Warriors no cortan a Paul, estamos ante una encrucijada a la hora de sacar conclusiones. El equipo de la Bahía, inmerso en una etapa de toma de decisiones y ya sin Bob Myers en los despachos tras toda una era, añade a un efectivo valioso... pero ambivalente en lo referente a la aportación que les pueda dar. Viene de promediar 13,9 puntos y 8,9 asistencias en la última temporada, pero su físico está en entredicho. Tiene más miedo a penetrar por miedo a lesionarse, se ha quedado en 59 partidos el último curso y cayó de nuevo en semifinales de Conferencia ante los Nuggets, cuando todavía pertenecía a los Suns, de los que se ha despedido viendo los últimos partidos desde el banquillo y vestido de calle.
Los Wizards consiguen, entre el traspaso con los Warriors y el que hicieron con los Suns para soltar a Bradley Beal (ambos movimientos son independientes), las segundas rondas de 2024, 2025, 2026, 2027, 2028 and 2030, pick swaps de 2024, 2026, 2028 y 2030, además de una primera protegida de 2030, otra segunda de 2027 y a Jordan Poole. Se quitan, además del contrato de Beal (de 251 millones en cinco años), el de Kristaps Porzingis (158 en otros cinco), consiguen un margen salarial tremendo, muchas selecciones del draft para reconstruir y a un Poole sobre el que girará, a priori, la ofensiva de los Wizards el curso que viene junto a un emergente Kyle Kuzma. Tiempo para pensar, empezar desde abajo y dar una vuelta a un proyecto que ha terminado siendo fallido, pero con mimbres para mirar hacia el futuro con cierto optimismo.
Las cosas quedan, por lo tanto, bastante encauzadas. Se resuelven algunas de las incógnitas que estaban pendientes y hay nombres importantes afectados que podían moverse en este mercado y, ya lo hemos visto, se han movido. Queda por saber, y eso tardaremos en descubrirlo, cuáles son las consecuencias de las decisiones tomadas. De momento, y si los Warriors renuevan a Draymond, estaríamos hablando de una plantilla en la que coincidirían Curry, Klay Thompson, el propio Green y Chris Paul. ¿Se imaginan? Hace unos años los juglares habrían hecho resonar cantares epopéyicos sobre semejante hecho. Pensar en algo así habría sido poco menos que un atrevimiento. Ahora, claro, la historia es bien diferente. Y, para bien o para mal, será el tiempo el que dicte sentencia. Siempre es así.