Boca vs. Lanús, por la Liga Profesional: el boletín que arma Jorge Almirón todavía tiene más calificaciones en rojo que en verde
Lanús ganaba 1-0 pero el 9 lo igualó sobre el final; el Xeneize, condicionado por las lesiones, sigue errático; debutó Anselmino
La extensa lista de lesionados con las que lidió Jorge Almirón en la última semana le abrió las puertas del equipo inicial a futbolistas del plantel que siguen en la mira de los hinchas xeneizes, otros que habían arrancado este ciclo siendo tenidos en cuenta por el técnico y fueron esquivados de a poco hasta para los papeles secundarios. En definitiva, aquellos que parecen jugarse día a día su estadía en el club después de julio. En una Bombonera en la que la presente etapa registraba casi un 100 por ciento de efectividad, sus titularidades eran para mirar con lupa tanto por aquella fortaleza como por el rival, un Lanús que mantenía el anhelo de luchar el título hasta el final.
Por la suspensión de Marcelo Weigandt –y ante el tocado Nicolás Figal– el lateral derecho fue ocupado por Facundo Roncaglia. A falta de zagueros y laterales, Nicolás Valentini volvió a ser el segundo central. Y por las lesiones de Luca Langoni, Luis Advíncula y Miguel Merentiel, esos puestos fueron ocupados por Juan Ramírez, Oscar Romero y Benedetto, respectivamente. Y Javier García atajó en lugar de Sergio Romero por el simple hecho de sumar minutos, pero no dejaba de ser un examen.
De todos ellos, lo del N°9 se trataba específicamente de una nueva (de tantas) posibilidad de levantarse. De volver a sentir el gol. De empezar a aportarle al equipo otro espíritu.
Lo dicho: Benedetto es el más apuntado desde afuera y uno de los más respaldados por el entrenador. Estuvo activo, presionó más de lo que lo suele hacer e incitó a los demás para lograr la recuperación, pero cuando tuvo el gol en primera instancia no se pudo sacar la espina. Porque a los ocho minutos, Valentín Barco lo habilitó a la carrera, “Pipa” aguantó a Aguilar, gambeteó a Lema dentro del área e hizo pasar de largo a Sánchez Miño, pero éste último se repuso ante el remate y tapó el gol con el pecho.
Lo mejor del partido
Anoche, el medio campo no fluyó y para un delantero ese aspecto es necesario. Sin embargo, cuando sí funciona con los titulares, tampoco sobresale su versión. Sin embargo, tuvo su revancha ante la red: sobre el epílogo, Pol Fernández encontró el espacio y le cedió el gol al ‘9′, que sólo tuvo que empujarla para el agónico empate.
Romero volvió a no convencer. Especialmente por aquel movimiento que a Almirón lo fastidió: en lugar de moverse al espacio y hacer jugar más cerca de la zona ofensiva, el paraguayo le saca la pelota de los pies a los compañeros. Un contraste que, probablemente, sea el que lo haya dejado fuera en los últimos encuentros: su pausa de conductor contra los deseos de vértigo.
Sin embargo, eso le permitió tomar mucho contacto con la pelota. Fue peligroso con algunos tiros libres y, a su manera, distribuyó. En cambio, Ramírez no desequilibró por la izquierda, no centró y perdió fácil varias pelotas. Otro tren que dejó pasar: en su salida del campo, los hinchas lo reprobaron mínimamente.
Varios problemas defensivos volvió a tener el equipo. Principalmente, en el primer tiempo y por maniobras propias demasiado insólitas. Si bien está claro que la idea que pregona Almirón es la salida por abajo, Boca arriesgó por demás. Errores no forzados de Roncaglia y Valentini, pero también de Bruno Valdez, otro que hoy es titular ante la ausencia de Marcos Rojo, pero no termina de afirmarse. El debut de Aaron Anselmino, de hecho, fue más sólido en el segundo tiempo.
Valentini fue el principal foco del gol de Lanús: Leandro Díaz atacó el centro de Sánchez Miño desde su espalda y metió un cabezazo letal al palo izquierdo de García sobre la hora del primer período. El arquero tuvo otras intervenciones en las que cumplió. No obstante, siempre queda claro que no es el dueño del arco.
Boca está en una montaña rusa. Y empieza a darse cuenta que solo confía en un puñado de apellidos.