Tragedia en El Salvador: los detalles del horror desde dentro del Cuscatlán
Un testigo directo de lo sucedido narra para MARCA el drama vivido en el estadio
FRAN VILLALOBOS, MarcaUn partido de alto voltaje, la vuelta de cuartos de final tras el 1-0 conseguido por FAS en la ida. Alianza debía remontar en su estadio, ante su afición, y la convocatoria de aficionados fue masiva. Se esperaba una gran entrada, una caldera con las gradas llenas. Pero las previsiones se desbordaron y los seguidores acudieron de manera masiva e irracional. Demasiadas personas tratando de encontrar un hueco en un espacio limitado, sobre la hora.
"El sector general de sol, el más grande de aforo, estaba repleto con 13 mil personas. Las demás localidades (Sol Preferente Norte, Sombra Norte, Tribuna Norte y Platea) estaban llenas de aficionados de Alianza. Los sectores asignados a la afición de FAS estaban también repletos, pero no súperpoblados". Es la foto que hace del estadio un testigo de la tragedia, cuya identidad permanecerá en el anonimato por estricto deseo personal.
Las imágenes de la tragedia en El Salvador
La Policía salvadoreña estima que al menos había 8 mil personas fuera del recinto esperando entrar, primero por las buenas y luego por las malas. El partido había comenzado ya, y los empujones no tardaron en llegar. Un tumulto que hacía fuerza contra los antiguos portones, cerrados para evitar una estampida humanda dentro. No resistieron el empuje de las masas, y la desgracia estaba servida en los accesos al estadio, inaugurado en 1976.
"Mucha gente empezó a abrir a la fuerza los portones para entrar dentro. Se cayeron, se tropezaron y les empezaron a pasar por encima, sobre el cuerpo. La gente caminó encima de ellos. En la parte de dentro, como todos estaban empujando, la gente se empezó a asfixiar. Corría el minuto 15 cuando veíamos a un cúmulo de gente pidiendo ayuda. Se paró el juego cuando un aficionado terminó de entrar a pedir ayuda", relata nuestra fuente.
"Después de eso, llegaron los cuerpos médicos, los cuerpos de salvamento, los bomberos.... para ver qué estaba pasando. La gente se estaba asfixiando. Se les llevó tanques de oxígeno, había algunas ambulancias, pero se llamó para que llegasen muchas más porque no daban a basto. Más de 500 personas tuvieron que ser atendidas, con heridas menores y mayores. Había gente hinchada, gente pullada, gente aplastada", recuerda con dolor.
Una película de terror
"No hubo suficiente Policía para lo que pasó, y hubo muchas ventas de boletos falsos. Hubo gente que sobrevendió las entradas, y otros que las mandaban a hacer. En lugar de hacer la fila para comprar los tickets, la gente les compra a los llamados coyotes, y esas son entradas falsas. Entonces pagan su entrada pero se quedan fuera, molestos porque no entraron, y sucedió lo que sucedió. Había gente muy enojada, también gente ebria, que empezó a hacer desórdenes dentro de la cancha", explica el testigo a MARCA.
El caos estaba servido, y los cadáveres yacían tendidos en el Cuscatlán mientras las Juntas Directivas, los técnicos y los jugadores eran evavuados a un lugar seguro. A la una y media de la madrugada nadie se atrevía a salir del estadio, con los aficionados furiosos golpeando desde fuera las puertas. El partido quedó suspendido, a la espera de que se tome una resolución sobre cómo debe continuar, pero es lo que menos importa. Doce personas murieron por intentar ver un partido de fútbol. Y no hay nada que lo pueda justificar.