Sobrino que reveló violaciones de Pica: El silencio de la Iglesia es lamentable, conocía los abusos desde hace décadas
En ese documento, Pica admite que abusó de más de 80 menores de edad en Bolivia, donde vivió entre 1960 y 2009. También cuenta cómo lo confesó a sus superiores y la forma en la que la orden lo encubrió.
“Decidí llevar la denuncia a la archidiócesis de Madrid, donde vivo. Pero, a día de hoy, no he conseguido darles el documento. He ido como en cinco ocasiones y no he conseguido identificar siquiera a la persona que me tenía que atender para recoger el documento. Después de dejarle mis datos, teléfono, email y que nadie me llamase, he dado por perdida esa vía. Impresentable”, respondió Fernando ante la consulta sobre si se contactó con las autoridades eclesiásticas españolas.
Mencionó que incluso llevó el caso a la Fiscalía, pero fue archivado, debido a que su tío está muerto, por tanto, el caso prescribió. Aunque dijo que, si bien sucedió eso, invita a las víctimas a que apoyen una denuncia general en España, mediante la creación de un grupo de víctimas.
“Una víctima declaró desde Bolivia, aunque la asociación de antiguos alumnos, como entidad, decidió no apoyarla. Voy a intentar reabrir la denuncia para que las personas que conocieron los abusos que cometió Pica y lo encubrieron sean juzgadas. Ahora, mi intención es crear una agrupación de víctimas que apoyen una denuncia general para presentarla aquí, en España (...)”, relató.
Continuó y dijo que: “Conozco la identidad de muchas de las víctimas que todavía no se han pronunciado, a ellos les digo: muchas ocupáis puestos importantes dentro de la Administración pública en Bolivia. Vuestra colaboración es importante. Los animo a que me manden un email a la siguiente dirección: asociacionvictimasj23@gmail.com. Es el momento de actuar”.
Asimismo, develó que el diario también es una historia sobre el encubrimiento, que es lo más “alarmante de todo”.
“No sé ni cómo llamarlo de lo repugnante que es. No se pueden escudar en el secreto de confesión. Marco R. (único encubridor que habló con El País), tiene que ser juzgado. Y si se demuestra que tenía conocimiento (de los abusos), tiene que asumir las consecuencias. El silencio de la Iglesia es lamentable. Conocía desde hace décadas los abusos cometidos por Pica y de otros jesuitas. Lo ocultó con mentiras y continúa mintiendo sobre el caso”, lamentó Fernando.