River vs. Boca: la defensa xeneize, un talón de Aquiles que sigue a prueba pero va dando algunas respuestas positivas
La última línea del equipo de Almirón comienza a afianzarse pese a las importantes ausencias, gana orden y Sergio Romero, que aparece cuando su equipo sufre
Por momentos, al conjunto azul y oro le tocó sufrir en su visita copera al Cacique. Con los minutos empezó a acomodarse: con los retoques de Almirón, al que le gustaría que la preparación física de su plantel estuviera mucho más alineada a su idea de juego intensa, Boca lastima y se repliega para después explotar los espacios y ahondar en la herida. Así empezó a crear una fórmula en el éxito ante Racing y, al resultarle, le dio continuidad en tierras chilenas para obtener la primera valla invicta del ciclo.
Se insiste, es un punto importante a continuar trabajando. Tras la importante victoria lo dejó en claro el propio entrenador: “El hecho de que no nos metan goles es importante. Hace mucho que el equipo no estaba en esa condición. Genera confianza”. Ahí está el punto. Boca suele ser más propenso a recibir goles por el desorden en la última línea o la fragilidad individual de los defensores. En eso se enfoca Almirón para volver a conseguirlo en el Monumental, donde busca dar el golpe
El de este miércoles fue el tercer arco en cero de Boca en sus últimos doce encuentros. Un período que incluye el final de Hugo Ibarra como entrenador del club y el trío de partidos comandado por el interinato de Mariano Herrón.
El extécnico terminó su etapa de más de ocho meses perdiendo ante Banfield e Instituto (0-1 y 2-3, por la Liga Profesional) y ganándole a Olimpo, que también le marcó a su equipo por la Copa Argentina (2-1). El hombre que lo reemplazó provisoriamente obtuvo dos vallas invictas ante Barracas Central (3-0) y Monagas, de Venezuela (0-0), por el debut en la Libertadores, pero no pudo cerrar un arco perfecto porque Colón lo venció en su despedida (1-2).
El presente DT inició su camino con dos derrotas 0-1 ante San Lorenzo y Estudiantes; Deportivo Pereira, de Colombia, le hizo un gol en la Bombonera en aquella noche del triunfo con los dos goles agónicos; Rosario Central le marcó dos cuando igualaron en Arroyito y Racing le descontó en el último duelo que ganó por la Liga Profesional (3-1), el certamen donde más continuidad de goles en contra está padeciendo.
De todas maneras, la última línea va encontrando cierta consolidación con las apuestas de Almirón. Es que, por las ausencias (espera con los brazos abiertos a Marcos Rojo, mientras el desgarro en Bruno Valdez es importante), ya sabe que la zaga que más seguridad le brindó es la conformada por Facundo Roncaglia y Nicolás Figal. Por el lado izquierdo se la jugó –y no se equivocó- por Valentín Barco, el chico y promesa de 18 años que es constantemente elogiado por el entrenador.
Por su parte, el sector derecho tomó una relevancia considerable entre tantos ajustes que Almirón empleó: le quitó responsabilidad defensiva a Luis Advíncula para que empiece a ser volante/wing y armen con el lateral Marcelo Weigandt un tándem que impone firmeza conjunta, buenos relevos y ataque voraz mediante las escaladas del peruano. Un movimiento que, se dice, también tiene pensado incorporar por la otra banda: es por eso que también anhela recuperar pronto a Frank Fabra para que el Colo se ubique unos metros por delante.
El otro punto es “Chiquito” Romero, que se alegró por no recibir tantos en Chile para que el equipo llegue al superclásico consciente de que puede armar una estructura sólida. “Pude ayudar, que es mi rol. Haberme llevado el cero en el arco es muy importante”, dijo tras el triunfo copero.
A propósito, el arquero está empezando a dar mayores seguridades tras una etapa que quedó marcada por Agustín Rossi. Está muy lejos del nivel que logró el próximo jugador de Flamengo, pero ya no se habla de su condición física y esa rodilla que debió someter a artroscopias tanto en los meses previos a arribar a Boca como en septiembre pasado, cuando iba a debutar con el buzo azul y oro.
El estreno debió aguardar hasta la presente temporada. Y, además de haber sido una de las figuras ante Colo Colo, va camino a lograr algo que no logra desde hace una década: en Núñez atajará su encuentro número 17 en 2023. Hasta mediados de 2013, su carrera estaba habituada a disputar más de 30 partidos, pero luego la cantidad bajó notoriamente.
Cuando salga al campo del Monumental quedará a sólo una participación de empardar su número más alto de encuentros defendiendo el arco (a nivel clubes) en los últimos diez años. Son los 18 que atajó en la temporada 2016/2017 para Manchester United, a la vez que igualará los 17 que jugó en la 2019/2020 (también en Inglaterra) y superará los 16 de la 2021/2022 para Venezia.
Almirón identifica y avanza sobre los puntos que están en el debe. Una es la valla invicta, algo que anhela repetir rápido en el superclásico.