NBA | PLAYOFFS 2023 | SIXERS-CELTICS (1-2) Harden y Embiid sufren en Philly

Las dos superestrellas de los Sixers no se entienden lo suficiente como para evitar que los Celtics se lleven el triunfo de Filadelfia, uno muy importante.

Mike Maestre
As
Los Celtics han tomado el control en esta serie clásica de la Conferencia Este que están disputando contra los Sixers. Al menos han mejorado las sensaciones y el factor de la pista vuelve a estar de su lado tras la victoria en Filadelfia que se apuntaron este viernes por la noche. Los verdes se colocan por delante tras el tercer choque.

Quién iba a decir que, después de lo visto y en una noche de celebración por el MVP que los 76ers tienen en casa, todo se iba a torcer. Primera jugada, Harden para Embiid y canasta. Pero todo estuvo lejos de ser tan bonito para ellos. Después de los 45 puntos del primer día ‘The Beard’ acumula un horroroso 5/28 en tiros en los dos siguientes, la peor marca de su carrera en ese pequeño lapso de tiempo, y los problemas vuelven a aparecer en la estrella nacida en Los Ángeles. Al acabar Embiid le mandaba un mensaje a través de las cámaras: “Sé agresivo. Tengo que hablar con él y decirle que hay que seguir tirando”. Es casi una tara para James, después de sus lesiones musculares, eso de la agresividad, el desborde que en sus mejores años le hacía superar rivales con insultante facilidad en el uno contra uno. Por eso se ha visto como positiva su evolución en un rol de soporte, de dirección, en el que se puede esconder más, claro, hasta que le piden que vuelva a ser el que tire del carro.

Los Sixers vuelven a tener que replantear la serie tras esta derrota. Una más en su casa dejaría el resultado final pendiente de la confirmación o un auténtico milagro. El encaje de un todavía renqueante Embiid con Harden cuando otros secundarios como Harris o Maxey no están finos es para Rivers una tarea pendiente a contrarreloj.

A pesar de que los Celtics terminaron con un mejor porcentaje en los tiros de dos, con Embiid (30+13) enfrente bajó su dominio de la pintura. Tampoco lo tuvieron en otras facetas. No era cuestión de dominar, no iba a ir de eso. Los de Mazzulla, simplemente (como si fuera fácil), apretaron en los puntos de dolor que tienen los Sixers para fijar ese 102-114 al término de los 48 minutos reglamentarios. Las primeras ventajas de los visitantes llegaron al castigar las pérdidas de los locales. Hubo reacción e incluso Philly, después de un tiro de Joel echándose hacia atrás, se puso por delante tras diez minutos de juego. El bastón de mando estaba en las manos de los Celtics, sin embargo, que volvieron a acelerar en los últimos cinco minutos del segundo periodo. Con otro parcial acertado, incluyendo una joya en forma de 2+1 de Jaylen Brown (23), la distancia era de siete al descanso. Otro espejismo al entrar al tercer acto: a sólo dos después de una racha con dos triples de P.J. Tucker y tras haber estado -12 un poco antes para, en un suspiro, perder pie otra vez por culpa de Brown, acertado cuando penetraba en la zona. Jayson Tatum (27), mientras, iba sumando cual funcionario. En la apertura del último cuarto, con once de diferencia a favor de Boston, irrumpieron dos jugadores no tan esperados: Niang, con siete de sus diez puntos totales de una tacada, y Melton, que conectó dos triples enlazados con dos minutos de diferencia. Cinco en el reloj. Cinco en el puntaje. Y ahí salieron los Celtics de todo el año. Un triple de Horford, dos canastas de Tatum y los tiros libres cerraron la velada. Para ser justos con James Harden el desacierto fue completo en toda la noche pero no se notó en los instantes en los que se puso remontar, donde Embiid o Maxey cogieron la responsabilidad y fueron los desacertados. Sea como sea, valor a unos Celtics que empiezan a parecerse a los del año pasado, por trayectoria en la temporada y manejo en situaciones complicadas, y hora de que se ajuste más agresivamente la forma en la que los Sixers atacan a este aguerridísimo contrincante.

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