Messi, de la euforia al escepticismo

Las prisas del argentino por resolver su futuro descolocan al Barça, que aún se ve con opciones de conseguir su regreso, pero al que urge tener el OK de LaLiga.

Juan Jiménez
As
El ‘hype’ generado en los últimos meses por el posible regreso de Messi, alimentado por el Barça a través de las declaraciones de sus dirigentes, con Rafael Yuste y Joan Laporta en primera persona, su entrenador y sus compañeros, ha bajado en los últimos días. Ya hay menos euforia que hace un par de semanas, cuando el Barça ganó la Liga en Cornellá y el presidente Laporta aseguró en TV3 que “el Barça es el Barça; podemos competir con Arabia”.


Messi tiene prisa. Este lunes, Sport y Mundo Deportivo deslizaron una decisión inminente del argentino, que sigue sin tener una oferta formal del Barça y, al contrario, sí tiene sobre la mesa una propuesta multimillonaria de Arabia de cientos de millones de euros. Es fácil entender las informaciones como una medida de presión del jugador, que no esperará eternamente al Barça, menos después de la jugada que le hicieron en el verano de 2021. Messi quiere garantías y, de momento, el Barça no se las puede dar.

Así que Barcelona ha pasado de la euforia al escepticismo, que algunos ya convierten en pesimismo. En el club, sin embargo, aún mantienen la esperanza de fichar al argentino. Tienen la convicción de que Messi quiere regresar a toda costa y que desea seguir compitiendo a primer nivel en Europa por más que Arabia le dé, básicamente, lo que quiere. Y, sobre todo, en el Barça esperan tener pronto garantías de LaLiga acerca de su plan de viabilidad. Eso le permitiría presentar una propuesta por escrito, avalada por la patronal, para hacer dudar a Messi, al menos.

“Hemos hecho los deberes en cuanto ahorro. La próxima semana (por esta) o en diez días esperamos tener el visto bueno de LaLiga”, dijo el pasado domingo el director de fútbol, Mateu Alemany. Las dos grandes preguntas son evidentes: cuánto tardará LaLiga en responder al Barça, y si de por medio le obligará a hacer una gran venta antes del 30 de junio (Ansu, Ferran o Raphinha); y cuánto esperará Messi a que el club azulgrana sepa con exactitud la oferta que se le hará. Por los mensajes que manda, no parece que Messi vaya a esperar todo el mes de junio. El ‘10′ ha activado la cuenta atrás y queda claro que esta vez no dilatará su decisión a agosto. Pero con Laporta, acostumbrado a firmar avales en el último minuto, a poner diez millones finales que no estaban en las palancas para fichar a Koundé, y unos cuantos trucos más, no se puede dar por hecho nada. Cuando el Barça visitó Riad en enero para la Supercopa, en Arabia ya estaban seguros de convencer al campeón del mundo y de otros 42 títulos de jugar en su liga. Laporta no se va a rendir y el barcelonismo, que ha gritado su apellido en todos los últimos partidos del viejo Camp Nou, va a mantener la ilusión por ver al hijo pródigo en casa.


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