LAKERS 108 - NUGGETS 119 (0-3) / Los Lakers, tocados y hundidos

Los Nuggets están más cerca que nunca de sus primeras Finales de la NBA después de ganar en Los Ángeles, donde no lo lograba nadie desde hacía dos meses. Nunca se ha remontado un 3-0.

Fernando Faucha
As
“Ahora es una serie a un partido”. Es la forma en la que LeBron James quiere afrontar la eliminatoria de cara al partido de mañana, el cuarto de una serie que, si nos ceñimos a los antecedentes, ya no pertenece a los Lakers. Un 3-0 abajo es una diferencia que nadie ha conseguido levantar en toda la historia de la NBA. A eso es a lo que se enfrenta un equipo que, desde que traspasaran en febrero a Russell Westbrook y colocasen una serie de piezas secundarias alrededor de Anthony Davis y del propio LeBron, eran el mejor equipo del Oeste por récord. Uno que llevaba nueve victorias consecutivas en casa, que no perdía en el Crypto.com Arena desde el 26 de marzo y que no caía en tres partidos consecutivos desde principios de febrero, justo antes del traspaso.

Pero todo eso es pasado ya. Porque los Denver Nuggets, una de las pocas franquicias que nunca han jugado unas Finales de la NBA, están a punto de hacerlo. A costa de los Lakers, claro. El equipo de las Rocosas ha ganado el tercer envite (108-119) y ha hecho saltar por los aires esta noche todas esas estadísticas en un partido distinto a los dos primeros, que demuestra más si cabe que este año van muy en serio a por el anillo. Porque el encuentro se les puso muy de cara sin una actuación memorable de Nikola Jokic, que había conseguido un triple-doble en sus últimos cuatro encuentros. Hoy se quedó en unos aceptables 24 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias. Unos números de ensueño para cualquiera que en el caso del serbio le hacen parecer algo terrenal. El problema estuvo en las faltas personales. Cuando hizo la cuarta mediado el tercer parcial, con los Lakers en crecida la grada del anteriormente llamado Staples Center, que no vivía una final de conferencia desde 2010, entró en ebullición.

Un triple de Rui Hachimura al principio del último cuarto dio la primera ventaja en el marcador a su equipo. Pero justo ahí, cuando peor pintaba la cosa, los Nuggets demostraron que tienen lo que hay que tener para ser campeones. Según Mike Malone, técnico del equipo de Denver, el “entrenador Jokic” sugirió jugar pick-and-roll entre él y Jamal Murray. El resultado fue un 0-13 de parcial que dejó congelado el ambiente. Murray fue otra vez el ejecutor, siguiendo su buena racha del final del segundo encuentro, aunque esta vez amasó la mayoría de sus puntos en una primera mitad letal, en la que se fue al descanso con 30 de sus 37 tantos. La segunda parte fue más un desempeño coral, de Michael Porter Jr. (14 puntos, 4 triples, 10 rebotes y 6 asistencias), de Bruce Brown (15 tantos y 5 pases de canasta) y, sobre todo, de Kentavious Caldwell-Pope (17 puntos, 13 de ellos en la segunda parte). El ex de los Lakers fue clave para mantener a los suyos a flote cuando los locales más apretaban.

Enfrente, Anthony Davis se fue a 28 puntos con un más de un 60% en tiros de campo, además de coger 18 rebotes. LeBron James, que por fin metió algún triple en la serie (3), forzó hasta jugar 43 minutos después de torcerse el tobillo en el encuentro anterior para firmar un 23+7+12. Y Austin Reaves respondió una vez (23+7+5 con porcentajes sobresalientes desde todas las distancias) manteniendo en el partido a su equipo en el segundo cuarto. Pero todos ellos y el resto de jugadores de los Lakers, salvo los cinco que salieron de forma anecdótica y con todo resuelto en el último minuto, acabaron con un +/- negativo. Nadie, ni uno solo de los ocho integrantes de la plantilla que se repartieron los minutos en cancha, acabó con un parcial positivo. Entre eso, y que más allá de los 13 puntos de Hachimura el resto de secundarios no dio la talla, el partido fue un imposible. A pesar de remontar y ponerse por encima a menos de 12 minutos para el final. Al final, la explicación puede que sea, simplemente, que el rival que tiene enfrente es mejor equipo. Y que, normalmente, el mejor equipo es el que acaba ganando. Por eso está Denver 3-0 arriba. Porque hasta ahora han sido mejores mucho más tiempo de la eliminatoria.


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