La derrota política de Evo Morales
El presidente Luis Arce logró imponerse a la corriente del ex mandatario y ahora está a punto de quedarse como único candidato por el MAS para las elecciones de 2025
Lo que no pudieron lograr la oposición ni las organizaciones internacionales que denuncian los abusos cometidos por el cocalero castro-chavista está ahora al alcance de la mano de su pupilo, aunque no para corregir la tendencia autoritaria, sino solamente para desplazarlo de la conducción del partido.
La competencia entre los dos por la conducción del MAS estuvo muy reñida y sin un claro ganador, hasta que Arce decidió mostrar su capacidad de manipular a los diputados y senadores del partido y hacerles votar lo que él quería para la aprobación de la “ley del oro”, que el cocalero quería frenar. Ahora, Arce podrá vender el oro de las reservas del Banco Central.
Y luego Arce decidió mostrar los argumentos o los premios que puede manejar para actuar en el campo militar y judicial, mientras golpea a los narcotraficantes vinculados con el Chapare, donde domina Morales y deja hacer a los otros.
El cocalero Morales debió someterse a una operación de la próstata y tuvo que viajar a Caracas para un revisión completa, según las informaciones lanzadas para frenar las versiones de que, en realidad, padece de cáncer.
A pesar de esos problemas de salud de Morales, el presidente Arce, su pupilo, después de haber sido durante trece años su ministro de economía, no ha frenado en su propósito de desplazarlo como líder del MAS, y jubilarlo.
La última batalla se dio este fin de semana entre las “Bartolinas”, que agrupan a las mujeres del partido, donde ahora las seguidoras de Arce han desplazado a las de Morales en una asamblea que terminó en batalla campal.
En el frente militar, Arce ascendió a Juan José Zúñiga al grado de general, lo que le permite mantenerlo como comandante del ejército, a pesar de las críticas que le lanzó Morales, por considerarlo “racista” a propósito de un accidente en los festejos del Colegio Militar, donde dos cadetes de ascendencia indígena resultaron heridos.
Morales ha denunciado que Arce está relegando a los militares de origen indígena en las Fuerzas Armadas, igual que estaría haciendo en la administración pública contra los funcionarios designados por él.
Arce también avanza sobre los seguidores de Morales en el frente de los jueces. Logró frenar un procedimiento parlamentario para una nueva elección popular de los jueces y ahora está a punto de conseguir que la designación esté en manos de las instancias del partido. Esto podría poner fin, o por lo menos disminuir, el dominio del cocalero Morales sobre la justicia, donde él decide todavía ahora quién debe ir a la cárcel en los procesos abiertos contra quienes participaron en el presunto “golpe” de 2019, cuando él renunció y huyó raudamente.
Pero el futuro del partido es incierto, ahora que la falta de dólares provoca inflación y el propio presidente Arce dice que los campos productores de gas natural “se han cansado”, lo que obliga a reducir las exportaciones, mientras las importaciones de gasolina y diésel obligan a aumentar las restricciones para su venta y provocan protestas en las calles.
La última batalla de esta guerra se dio en el sector financiero, según fuertes versiones acerca de las razones de fondo que llevaron al gobierno a cerrar el Banco Fassil, donde el cocalero Morales tiene íntimos contactos entre los deudores.
En cifras redondas, el banco cerrado dejó una cartera de créditos de 2.800 millones de dólares pero fue cerrado por el gobierno a pesar de que tiene, como respaldo, un patrimonio de 3.800 millones.
Ahora, la autoridad financiera se propone transferir la cartera del Fassil a otros bancos, aunque se sospecha que sólo el Banco Unión acepte esa carga, siendo un banco estatal, donde la esposa del presidente Arce fue alta ejecutiva.
Todo esto podría provocar el estallido de la burbuja inmobiliaria, pero los contendientes de esta guerra consideran esa eventualidad sólo como una batalla interna en el partido.