INTER 1-MILAN 0 / Un Toro espera en la final
El Inter confirma su superioridad ganando también el Euroderbi de vuelta gracias a un tanto de Lautaro. En Estambul vivirá su sexta final de Champions.
Simone Inzaghi llega a Estambul y ya es un indiscutible Rey de Copas: en el curso pasado ganó la Copa italiana, la Supercopa, y llevó a los interisti a los octavos de Champions 10 años después de la última vez. En este, ya ganó otra Supercopa (siempre en un derbi), llegó a la final de ‘Coppa’ y jugará el último acto de la Champions. Los que pedían su despido hace un par de semanas por los altibajos ligueros, hoy tendrán que esconderse.
Los entrenadores confirmaron los rumores sobre sus onces, con una excepción. Pioli decidió salir de inicio con Messias en lugar de Saelemaekers en previsión de un arranque más ofensivo y también para mantenerse una bala a lo largo del partido. El técnico rossonero le había pedido a su equipo empezar mejor que en la ida, cuando encajó dos goles en 11 minutos, y sus jugadores le contentaron. La primera parte, sin embargo, fue un sinfín de vaivenes en ambas áreas y si el marcador no se movió fue porque ambos contrincantes cuentan con dos señores porteros. Onana, por ejemplo, neutralizó un disparo desde el corazón del área de Brahim, al que le cayó la mejor ocasión rossonera tras una jugada personal de un Tonali que no para de crecer. Maignan respondió con uno de sus reflejos milagrosos negándole la sentencia a Dzeko, que cabeceó con fuerza una falta de Calhanoglu. Leao, gran esperanza de los milanisti, estaba claramente lejos de su mejor condición, aunque apareció con una de sus rápidas jugadas deshaciéndose de Darmian, Acerbi y terminando su carrera con un remate cruzado que acabó fuera. La falta de puntería fue el principal defecto de ambos conjuntos en una primera parte intensa, que terminó con siete remates del Inter y cuatro del Milan, pero solo dos de ellos en la portería, uno para cada equipo.
El Inter llegó al descanso con una mala noticia, una lesión en el muslo para Mkhitaryan (sustituido por Brozovic), pero comenzó la reanudación controlando el partido con autoridad. El conjunto de Pioli chocaba con el muro nerazzurro con cada vez menos ritmo y dejaba espacios enormes, que le costaron la sentencia. Tras una ocasión desperdiciada por Acerbi, el Inter remató la faena con una combinación entre Lukaku, que había sustituido a Dzeko y Lautaro, que fulminó a Maignan en el área y celebró un gol que se recordará durante décadas. El ‘Toro’ sumó, con este, 25 tantos y 10 asistencias en 51 partidos: ha crecido con el equipo, del que ya es un indiscutible líder.
El mazazo dejó a los rossoneri sin esperanzas y los cambios de Pioli, Origi y Saelemaekers, llegaron tarde y pudieron hacer muy poco. Tras algo de nerviosismo y cinco tarjetas amarillas en el último cuarto de hora, la fiesta interista se pudo desatar en un San Siro calentísimo y casi totalmente nerazzurro. Es una derrota dura para el Milan, que tras el scudetto del curso pasado cerrará este año sin títulos y tendrá que luchar hasta el final para clasificarse a la Champions, objetivo que no puede fallar. Pronto arrancarán las polémicas y, en el próximo verano, los milaneses pueden vivir otra revolución.
El Inter, en cambio, ha florecido con la primavera. Esta victoria, una de las más importantes de toda su historia, es la octava consecutiva en todas las competiciones, con 22 goles a favor y solo tres en contra. Los de Inzaghi son sólidos, juegan bien, saben ganar y tienen talento. Cuidado con subestimarlos en Estambul.