Independiente vs. Lanús, por la Liga Profesional: un penal por la “atajada” de Luciano Gómez
El granate jugaba con un futbolista menos por la expulsión de Boggio en el arranque del segundo tiempo, pero con la igualdad sostuvo una racha que lleva 7 años; el VAR ayudó a Mastrangelo
Hay tantos temas extrafutbolísticos en torno a Independiente que el fútbol es casi un bálsamo, una vuelta a la pasión que no entiende más razones que la identificación por unos colores.
Un repaso rápido enumera los más de 800 millones de pesos recaudados en la colecta de hinchas, las dificultades que origina la permanente devaluación de nuestra moneda cuando las deudas a pagar están cifradas en dólares, la indefinición de Néstor Grindetti, un presidente provisional que es precandidato a gobernador de Buenos Aires, manifiesta su intención de seguir pero no explica cómo lo haría, y los temas que aquejan al plantel: racha de lesiones, la posibilidad de que el capitán Sergio Barreto emigre al Pachuca mexicano y la irregularidad que lo lleva a alternar una actuación prometedora con otra de pésimo nivel.
Con semejante carga, acertar la cara que mostrará el equipo de Ricardo Zielinski resulta un enigma. La moneda esta vez cayó de cara durante toda la primera mitad, en la que Independiente redondeó un trabajo más que aceptable. Atento en la presión para adueñarse del mediocampo, incisivo por afuera con la subida de los laterales -la dupla Ayrton Costa/Braian Martínez fue un dolor de muelas para Juan José Cáceres-, astuto para encontrar destapados a Martín Sarrafiore y Matías Giménez, el Rojo controló el juego.
Lo mejor del partido
Cuando a los 12 minutos Martín Cauteruccio puso el 1 a 0 aprovechando un error de concepto de Lucas Acosta ante un remate lejano de Sergio Ortiz (en lugar de achicar hacia adelante, el arquero dio dos pasos hacia atrás y permitió el pique que forzó el rebote largo y el remate del goleador), el local ya había impuesto su idea sobre cómo debía jugarse el encuentro. Un zurdazo de Nicolás Vallejo se fue desviado a los 7, y más tarde Acosta se redimió un poco de su fallo en el gol tapando un derechazo de Cauteruccio y otro de Giménez, siempre con la fórmula de la búsqueda por afuera y el centro por abajo.
De Lanús apenas había noticias. Tapados sus volantes, le costó un mundo encontrar a sus delanteros, que además perdían más de lo que ganaban frente a los defensores del Rojo. Un desborde de Leandro Díaz por derecha que empujó Franco Orozco en el segundo palo y tapó Luciano Gómez a los 29 fue el primer aviso de su presencia en el partido. Un cabezazo desviado de Felipe Aguilar a los 39, el segundo.
La acción inaugural tras el descanso tuvo toda la pinta de ser una bisagra. Luciano Boggio -que ya estaba amonestado- penetró en el área, eludió a Ortiz y se enganchó con Sarrafiore. Hernán Mastrángelo interpretó simulación y la segunda amarilla dejó al Granate con uno menos.
Sin embargo, la célebre dinámica de lo impensado volvió a hacerse presente. Movió sus piezas Frank Kudelka, acertó con el ingreso de Matías Esquivel para monitorear los hilos del ataque y, al mismo tiempo que el local empezaba a llevarse cada vez peor con la pelota, Lanús empezó a sumar puntos para empatar hasta conseguirlo del único modo con el que creó peligro. Llegó un centro largo, peinó Cristian Lema y Gómez le puso el brazo al remate de Tomás Belmonte. José Sand cumplió con su costumbre y de penal enmudeció a la mitad de Avellaneda.
A Independiente se le escapó un triunfo que tenía en el bolsillo. Por mérito de Lanús, pero sobre todo por impericia propia y ese mal hábito de tener dos caras, a veces incluso dentro de un mismo partido. Lanús no jugó bien, pero tiene al viejo Pepe y con eso le basta para mantener su larga racha invicta sobre el Rojo.