Independiente tuvo convicción, le salió bien el tiro del final de Cauteruccio y festejó con locura el triunfo que necesitaba

En Avellaneda, el equipo de Zielinski jugó bien y sumó la tercera victoria del campeonato; el VAR, otra vez protagonista con penales y goles anulados

Los últimos partidos del Rojo -victoria ante Belgrano y empate en La Paternal- ya habían abierto un cierto debate entre los hinchas, ¿dónde había que buscar la mejoría de resultados tras la decepcionante actuación ante River en el Monumental? ¿Qué porcentaje podría atribuirse a la mano de Ricardo Zielinski y cuánto a la energía positiva que produjo la colecta que está realizando Santiago Maratea?

“El Ruso ordenó el equipo y eso hizo que algunos levantaran su nivel, como [Sergio] Barreto”; “Encontró un ‘4′ fiable en [Baltasar] Barcia, un ‘6′ con [Javier] Báez y el chico [Sergio] Ortiz le da equilibrio el medio”, decían los plateístas proclives a adjudicarle todos los méritos al entrenador. “La posibilidad de salir del agujero económico que abrió la colecta generó un efecto que nos contagió a todos, incluso a los jugadores. Y eso en nuestro fútbol puede alcanzar para mejorar”, sostenían otros. Y todo terminó con ese festejo alocado de Cauteruccio y los simpatizantes, y el abrazo que tomaron las cámaras de la transmisión de TNT Sports con el emotivo festejo entre nieto y abuelo: para toda la vida.

Un rival como Tigre, con mucho tiempo de trabajo y un esquema aceitado y eficaz, sonaba a medida ideal, y sin duda lo fue, más allá de que al final no hubiera una respuesta concluyente a los interrogantes.

La presión ejercida por Independiente sobre la salida adversaria durante los 20 minutos iniciales en los 45 iniciales y casi toda la segunda mitad, por ejemplo, le ofreció argumentos a las dos posturas.

Pisó la cancha en el arranque el Rojo convencido de que sus posibilidades pasaban por restarle comodidad a la secuencia de pases que suele armar el conjunto de Diego Martínez (técnico que integró la nómina de ‘posibles’ tras la marcha de Leandro Stillitano del banco local). Lo hizo sin dudar, estimulado porque a los 4 minutos Nicolás Vallejo clavó en el ángulo del primer palo un zurdazo inesperado, pero también con ese orden que faltó durante muchos de los partidos anteriores.

Independiente v Tigre. 13-05-23
Independiente v Tigre. 13-05-23Fotobaires

Durante un buen rato el Matador se sintió ahogado, molestos los volantes al recibir siempre de espaldas, con un rival respirándole en la nuca, y confundidos los defensores, que al no divisar líneas de pase abiertas cometían un error tras otro. Fueron momentos en los que desbordaban por afuera Braian Martínez y Vallejo, y la zurda de Martín Sarrafiore daba las primeras pinceladas de calidad desde su llegada al club, justo el día que estrenaba titularidad. Le faltó entonces último pase al Rojo para transformar la eficacia en la recuperación en acciones de peligro.

Idéntica circunstancia ocurriría luego del descanso. Otra vez impuso sus condiciones Independiente, empujado por el aliento de las colmadas populares. Generosos en el esfuerzo del achique Matías Giménez, Vallejo y Martínez (al chaqueño le costó dejar la cancha con un tirón en el aductor), siempre bien ubicado Sergio Ortiz para cortar en el medio y firmes los de atrás en la reducción de espacios, el local volvió a marcar el ritmo.

Independiente v Tigre. 13-05-23
Independiente v Tigre. 13-05-23Fotobaires

La diferencia fue que en este caso su persistencia se prolongó más tiempo. Con mucho más énfasis a medida pasaban los minutos y con la creación de esas acciones de peligro que escasearon al principio. En el último cuarto de hora, el VAR anuló un tanto de Cauteruccio por un milimétrico fuera de juego; Emanuel Aguilera evitó con la punta del botín el festejo de Giménez; Gonzalo Marinelli desvió un derechazo de Báez y el gol rondó las gargantas cada vez que el Rojo se acercaba al área.

En medio de ambas situaciones, vale aclararlo, Tigre había alcanzado al empate. Fue a los 30 de la primera mitad con un muy discutible penal por mano de Barreto que convirtió Mateo Retegui. Diego Martínez había ordenado una modificación táctica: cambiaron de banda Alexis Castro y Cristian Zabala, y Facundo Colidio se retrasó en el campo para entrar más en juego. La variante dio sus frutos, el equipo de Victoria se adueñó de la pelota y se encargó de poner en duda y hasta desarmar el clima favorable de las recientes semanas.

El festejo final de los jugadores de Independiente ante Tigre en Avellaneda
El festejo final de los jugadores de Independiente ante Tigre en AvellanedaFotobaires

“Tuvimos una charla en el vestuario y nos hizo bien”, confesó Ortiz tras el partido. Recuperó la imagen inicial el Rojo. Corrió, empujó, falló e insistió hasta que la última fue la vencida. Cuando ya no quedaba nada, Ortiz cruzó el balón a la izquierda, Giménez lo bajó de pecho, lo puso al medio y Cauteruccio, de atropellada, provocó un festejo con aires de desahogo.

“Nos vamos a poner de pie todos juntos: los jugadores, el cuerpo técnico, los dirigentes y los hinchas”, prometió Báez en medio del éxtasis general. En eso quiere creer este golpeado Independiente que después de mucho tiempo hizo feliz a su gente.


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