Hazard no tiene salida
El belga es el último para Ancelotti. No jugó en Sevilla ni con cuatro bajas en ataque. Cada minuto que jugó este curso le costó al Madrid... 70.000 euros.
La inoperancia de Hazard y la existencia del belga en cualquier plan que elabore Carletto colocan al Madrid otro verano más entre la espada y la pared. Su cotización es prácticamente nula por ese año contractual que sobrevuela de manera onerosa y su posible inclusión en un ejercicio de ingeniería en materia de fichajes en una posible operación por Harry Kane con el Tottenham se atisba como la única salida. Eso o una solución inaudita en el club blanco en tiempos modernos: finiquitarle aunque sea abonándole ese año restante.
No sería ningún disparate en términos económicos. Hazard esta temporada ha percibido su cuota correspondiente a las primas por ganar los tres títulos que ha levantado el equipo (Copa del Rey, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes) habiendo disputado un total de 67 minutos en esas tres competiciones. En realidad, sólo los jugó en Copa y fue en la primera ronda contra el Cacereño.
No quiere irse
Si el Madrid pretende su hueco en la plantilla sólo tendría esa salida, la de pagarle el finiquito, porque Hazard no quiere marcharse. Prefiere, como hizo Gareth Bale en su última temporada, agotar su contrato aunque sea sin jugar prácticamente nada y decidir su próximo paso profesional sin ataduras desde 2024 cuando tendrá 33 años. Si alguien quiere cambiarle el paso antes, tendría que ser pasando por caja. Las nulas perspectivas deportivas no parecen inquietarle lo más mínimo. Ancelotti regatea las preguntas sobre cuando jugará algo sin mover un ápice su famosa ceja y el club le da por caso perdido. El ya excapitán belga no es, siquiera, el elefante en la habitación. Aunque se va Asensio, Brahim ocupará su lugar. Y al fondo, Hazard.