Haaland devalúa su fichaje

Manchester, AS 
Como el curso pasado con la visita de Mbappé al Santiago Bernabéu para la disputa de la vuelta de octavos de final de Champions, esta vez fue Haaland quien acaparó focos en la ida de semifinales entre el Madrid y el City. El noruego siempre estuvo en la agenda blanca, pero el verano pasado el Madrid prefirió centrarse en Mbappé, seguro de que llegaría sin coste, y no peleó para evitar la marcha de Haaland al City. Finalmente el francés plantó al club merengue cuando ya no tenía margen el Madrid para intentar firmar al nórdico. Pero el interés siempre estuvo ahí y seguirá ahí, sobre todo de cara a 2024. De ahí que la visita del martes tuviese tanto trasfondo, aunque el resultado final no fuese le mejor para Haaland, cuyo fichaje se devalúo por lo sucedido en el césped y fuera de él.

Primero, lo futbolístico: no fue un gran partido del delantero, ni mucho menos. Sin Militao, Ancelotti tiró de Rüdiger en lugar del brasileño y encargó al alemán un marcaje especial sobre Haaland que no le permitiese recibir cómodo y mucho menos girarse y arrancar en velocidad. Y Rüdiger se comió al ariete ‘citizen’, sin discusión: Haaland sólo dio 12 pases, de los cuales apenas 8 fueron en campo del Madrid, perdió cinco balones y remató dos veces a puerta con escaso peligro. Su mejor ocasión fue una jugada en velocidad en al que logró desembarazarse de Rüdiger y rematar, pero apareció Alaba para interrumpir su disparo.

La propuesta del City, basada en mucha posesión de balón al principio y bastante menos después, pero sin soltarse la melena del todo a la hora de ir al ataque, tampoco fue la mejor para él. Estuvo algo desabastecido de balones con los que intentar perforar la red de Courtois, pero sin duda el factor diferencial fue la presencia de un Rüdiger inmenso que eclipsó al noruego.

Toda la discreción que firmó Haaland en el campo se convirtió en histrionismo por parte de su padre, Alf-Inge Haaland, que protagonizó una escena poco edificante con los aficionados que rodeaban el palco en el que se sentó para ver el partido junto a sus acompañantes. La Cadena SER informó de que el detonante del incidente fue el lanzamiento de cacahuetes por parte del padre de Haaland al público, lo que provocó que fuese abucheado. Él respondió con gestos irónicos y cortes de manga hasta que la seguridad del Real Madrid, viendo que el asunto podía ir a mayores (el acceso al palco desde la grada era sencillo), decidió desalojarle y ubicarle en otra zona del campo.


Papá Haaland contra el Bernabéu

El miércoles, Alfie Haaland quiso dar su versión del suceso en redes sociales, negando que lanzase frutos secos al público: “El Madrid no estaba contento porque celebrásemos el gol de De Bruyne y tuvimos que movernos porque los aficionados tampoco estaban contentos. No hice eso (lanzar cacahuetes al público). No es cierto. Tuvimos algunas buenas bromas con la afición del Madrid. No estaban contentos cuando el City marcó. Normal. Luego tuvimos que alejarnos 50 metros. Nada más. Todos felices. Bueno, casi...”.

Todo ello invita a pensar en una caída de valor e interés por parte del Madrid en relación al noruego, aunque la realidad es que, pase lo que pase, es el principal objetivo de cara al verano de 2024. Lleva 51 goles y 8 asistencias en 47 partidos esta temporada y es el relevo elegido para el momento en que Benzema (que ha ampliado su contrato hasta 2024) se marche del Madrid. Tiene contrato hasta 2027 con el City, pero hay trampa: a partir del verano de 2024 existe una cláusula de rescisión por la cual puede salir si abona una cantidad de unos 220-240 millones, según ha podido saber AS. A sus 22 años, el Madrid no pierde detalle de lo que hace, pese a que su paso por el Bernabéu (y el de su padre) no dejaron el mejor regusto posible.

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