Guía para gatos “desobedientes”: cuáles son las conductas más comunes y cómo modificarlas
Algunos comportamientos felinos pueden poner en jaque a sus cuidadores, pero estas acciones tienen una razón. Desde maullar compulsivamente hasta morder, un repaso por las actitudes más desagradables
Los gatos han sabido hacerse un lugar en muchos hogares, convirtiéndose en un integrante más de la familia, un miembro que no habla, y que por lo general tiende a ocultar sus emociones, ya que su naturaleza los mantiene siempre en alerta ante las amenazas. Esta condición también hace que suelan ser introvertidos, sin que el tutor pueda comprender lo que realmente les pasa.
Esa particularidad que es muy propia de la especie, se da incluso en la manifestación de los síntomas cuando están enfermos. El perfil de cazador y de presa a la vez, los mantiene siempre en alerta, ocultando sus debilidades, que puede ser un signo de alguna patología.
Por ese motivo, es muy importante reforzar la importancia de que los gatos asistan a controles veterinarios sistemáticos y rutinarios al menos una vez al año, para detectar cualquier enfermedad a tiempo, y no, como lamentablemente ocurre a menudo, cuando sea demasiado tarde.
Los tutores de gatos deberían estar en permanente conexión con sus animales, y a prestar atención a ciertas expresiones de su conducta, como por ejemplo:
- Rascar objetos: esta conducta se suele dar con frecuencia en sus primeros meses de vida y se mantiene durante toda su existencia debido al marcaje de territorio teniendo como beneficio adicional el eliminar la capa exterior de las uñas y permitir que estas crezcan adecuadamente.
- Morder: esto puede ser la consecuencia de un error común cometido por el tutor, al fomentar que el gatito juegue con sus manos estimulando inconscientemente mordeduras o arañazos. Otra explicación apuntada para esta conducta puede ser la interrupción de una rutina establecida, como cambiar los lugares donde duermen o comen, o la incorporación de un nuevo miembro en la familia. O sea que podría ser una reacción a cualquier tipo de cambio en el entorno.
- No orinar ni defecar en los lugares establecidos: puede deberse a que la bandeja sanitaria no esté ubicada en una zona que le brinde comodidad y tranquilidad, por lo que se recomienda colocarlas lejos del área donde come, y si hay más de un gato, que cada uno tenga su propia bandeja sanitaria, más una bandeja adicional para todos.
- Maullar compulsivamente o sin aparente razón: podría tener varios significados, según sea el contexto, el tono o la duración. Un tipo de maullido podría indicar que tiene hambre, otro que quiere jugar y un tercero que simplemente está saludando.
Es muy importante entender las vocalizaciones y el lenguaje corporal en consonancia del gato, ya que el maullido es un sonido específico que emite el gato doméstico para comunicarse con el ser humano y entenderlo en cada caso y circunstancia sentará una gran base para la construcción de una relación continua y satisfactoria con el animal.
Como ocurre con todas las relaciones humanas, la clave para entender a un gato es pasar el suficiente tiempo compartiendo y disfrutando de la vida con él. Tener tiempo compartido de calidad con el gato, con el cual aprender a entenderlo mejor, producirá mutua satisfacción, tanto al gato como al tutor, llevando la relación a buen puerto.