“Global Gateway”: así es el plan con el que la Unión Europea busca contrarrestar la influencia de China en África
El bloque presentó esta iniciativa como respuesta a la estrategia “Belt and Road” impulsada por Beijing, una pieza central de su política exterior
Sin embargo, un cuarto aspecto -menos contemplado por la mayoría de las personas- es el que más ha inquietado al bloque.
Se trata de la influencia de Beijing en África, sobre todo tras el lanzamiento de la “Belt and Road Initiative”, una de las piezas centrales de la política exterior del régimen, con la que busca expandir su dominio en todo el mundo.
Parte de las maniobras que contempla esta iniciativa es invertir en países pobres -aunque muy ricos en recursos- que, al incumplir en sus pagos, quedan ahogados en inmensas deudas. Es entonces que el régimen procede a aprovecharse de su debilidad y hacerse con sus bienes.
Estos contratos han posicionado a China como uno de los principales inversores en el continente, con sumas que ascienden hasta los 155.000 millones de dólares distribuidos en 44 países.
Es por ello que, en pos de frenar el avance rojo sobre el continente, la Unión Europea anunció en 2021 el programa de inversión “Global Gateway”, que cuenta con un presupuesto de hasta 300.000 millones de euros a destinarse al desarrollo de sectores clave en la región.
La representante especial de la UE para el Sahel, la ex diputada italiana Emanuela Del Re, comentó que el impulso de los valores europeos de libertad y democracia es la “única manera” de socavar a Beijing.
“La única manera en la que la UE puede contrarrestar ese peso es con buenas políticas e insistiendo en que Europa es el socio natural de los países africanos. Tenemos que creer más en nosotros: llevamos valores, respetamos los derechos individuales y promovemos la prosperidad”, continuó.
Para lograr esto, el proyecto plantea un objetivo de crecimiento con miras a 2027 -en algunos casos se extiende hasta 2030-, enfocado en cinco ejes prioritarios: el sector digital; el clima y la energía; el transporte; la salud; y la educación y la investigación.
De ello, las miras están puestas, principalmente, en la economía y el desarrollo tecnológico, pilares del crecimiento sostenible en el continente.
Por ejemplo, la UE impulsa un proceso de integración económica por medio de una zona de libre comercio continental africana como único sistema continental de comercio e inversión, con base en marcos reglamentarios sólidos.
La Comisión Europea respaldó la iniciativa con una inversión adicional de 630 millones de euros y otra de 24 millones cofinanciada con Francia, Alemania y Suecia -como parte del Equipo Europa-.
También se trabaja en el fortalecimiento de cadenas de valor regionales, sacando provecho de dicho espacio comercial.
Otra arista fundamental es la de las economías inclusivas, que apunta a incrementar la contribución del sector privado al crecimiento y la transformación económica africana.
A través del Plan Económico y de Inversión para la Vecindad Meridional, el bloque europeo trabaja por promover el comercio y la inversión sostenibles en sectores de mayor valor añadido así como alcanzar un mayor grado de formación profesional en la región y más iniciativas de emprendimiento jóvenes.
Las cadenas de valor sostenibles de materias primas minerales es otro de los pilares abordados por la Unión Europea, que ya trabaja con países ricos en recursos con el fin de desarrollar asociaciones bilaterales en ámbitos temáticos clave que, valiéndose de los avances antes mencionados, permitan a los países diversificar sus economías y crear valor añadido local.
Puntualmente, el bloque trabaja en el proyecto “La Gran Muralla Verde”, que comprende una extensión de casi 8.000 kilómetros a lo largo del Sahel, en donde se planea ampliar los terrenos cultivables.
Gracias a ello, África podría ingresar en el entramado mundial, ya no como un rehén de Beijing sino como un proveedor de materias primas y actor clave en las cadenas de valor mundiales sostenibles.
Por último, la UE manifestó su compromiso por mejorar los recursos en materia de ciencia, tecnología, innovación e investigación, propios e indispensables para el desarrollo en los tiempos que corren.
Del Re reconoce que estos objetivos son ambiciosos y representan un árduo trabajo, a diferencia de las propuestas de Xi Jinping, que suelen incluir inversiones rápidas y un escenario inicial favorable. Sin embargo, insistió en el lado B de estos acercamientos y pidió a los locales centrar sus esfuerzos en los lazos europeos ”más sólidos”, en lugar de los “agobiantes” de China.
“Tenemos que admitir que China ofrece oportunidades que excluyen por completo ciertas restricciones como las condiciones dignas de trabajo, derechos humanos, contratos transparentes… y es algo que no podemos comprometer”, se explayó.
La representante de la UE también se refirió a un segundo actor en el continente africano que inquieta a los socios. Se trata de Rusia que, aunque tradicionalmente fuerte en la región por su apoyo a los procesos de independencia, ha cambiado “radicalmente” al desarrollar una política de desinformación y promoción de “una visión del mundo que daña el global