‘Galacticidio’ en París
La salida de Messi y la posible venta de Neymar cambian la dimensión del proyecto de Qatar. Ahora, la prioridad será fichar a jóvenes talentos.
La más que confirmada salida de Messi y la posible venta de Neymar en verano no son casualidades. El PSG ha decidido dar un paso hacia adelante, olvidarse de las estrellas, escuchar a sus aficionados, hartos de la gestión de los qataríes, y orientar la política del club hacia el talento joven. Las palabras de Al Khelaïfi en junio de 2022, justo después de anunciar la renovación de Mbappé, confirmando que era “el fin de los lujos y el glamour” en París no iban en vano.
El presidente, muy criticado por la afición del PSG, se ha dado cuenta de que el dinero y las estrellas no te acercan, ni mucho menos, a la Champions League. Con Messi, Ramos, Neymar o Mbappé en la plantilla, el equipo de la capital francesa se ha estrellado durante dos años consecutivos en los octavos de la Champions League, sucumbiendo en ambos escenarios de forma estrepitosa y sin dar ningún atisbo de reacción o identidad, lo que provocó que Qatar, que en principio sí quería mantener a Messi, reflexionara sobre su faraónica inversión.
La estrategia del PSG a partir del mes de junio va a ser la de potenciar el talento de la casa y monitorizar jugadores jóvenes, a poder ser franceses, y que refuercen el colectivo de la plantilla. En los últimos años, futbolistas como Camavinga, Upamecano, Tchouaméni, Fofana o Koundé, todos ellos seguidos por la directiva, se le han escapado al club, además de canteranos como Coman, Nkunku, Diaby o Maignan, emigrando fuera de Francia ante la falta de oportunidades en el primer equipo.
Este año, el club inaugurará una nueva ciudad deportiva situada en Yvelines, Poissy, por lo que el mensaje es claro: la cantera será la pieza angular del proyecto. El PSG ha invertido fuertemente desde 2011 en su centro de formación, aunque los problemas aparecían a la hora de darles minutos regularmente. Zaïre-Emery, Bitshiabu, Gharbi, entre otros, son varios de los canteranos que han gozado, aunque mínimamente, de oportunidades esta temporada, pero Al Khelaïfi quiere ir más allá y su deseo es que, a corto plazo, se asienten definitivamente en la dinámica de la primera plantilla.
El eje del proyecto, sin lugar a dudas, es Kylian Mbappé, el mayor talento francés de la última década y que tiene contrato con el PSG hasta 2024, con opción a uno suplementario que solo podrá ejecutar el delantero de forma unilateral. Con el talento de Bondy de abanderado, Luis Campos, que ya está planificando la próxima temporada, quiere rodearle de talentos franceses, comprometidos con el colectivo y que eviten descalabros internos como los que han acontecido a orillas del río Sena durante los dos últimos años.
Messi saldrá seguro, Neymar podría incluso marcharse cedido y el fin de los galácticos en París es ya una realidad. Aunque el camino pueda ser más largo a la hora de luchar por la Champions League, forjar una identidad paulatinamente en el PSG sería la mayor muestra, evidencia, o prueba documental de que las cosas se están gestionando bien en el conjunto parisino. Una nueva dimensión en la que entra una institución a la que le han salpicado continuamente los problemas extradeportivos y la lucha de egos provocada por la cantidad de estrellas que se han aglomerado en Boulogne-Billancourt.
