El jefe de los paramilitares de Putin arremetió contra el ejército ruso tras el ataque con drones a Moscú: “Bestias asquerosas, ¿qué están haciendo?”
Yevgeny Prigozhin acusó a los burócratas de quedarse “sentados tranquilamente” y advirtió: “El pueblo tiene derecho a pedir a estos sinvergüenzas que rindan cuentas”
“Bestias asquerosas, ¿qué están haciendo? (...) Levanten sus culos de las oficinas en las que los sentaron a proteger este país. Ustedes son el Ministerio de Defensa (...) ¿Por qué demonios permiten la llegada de estos drones a Moscú?”, espetó en un audio publicado en su canal de Telegram.
Prigozin señaló que no le importaba nada que los drones fuesen a caer en los barrios residenciales de la cúpula militar rusa, particularmente en Rubliovka, un prestigioso barrio residencial al oeste de Moscú y cerca de la residencia campestre de Novo-Ogariovo de Putin.
Según el diputado de la Duma (Cámara Baja) Alexandr Khinshtein, uno o algunos de los drones fueron derribados en esa zona.
“Como ciudadano estoy profundamente indignado por que estas escorias estén sentados tranquilamente sobre su gordos culos untados con cremas caras. Y por ello considero que el pueblo tiene todo el derecho a pedir a estos sinvergüenzas que rindan cuentas”, recalcó Prigozhin.
El jefe de Wagner, que reconoció sentirse preocupado por el ataque de hoy, que el Ministerio de Defensa ha atribuido directamente a Ucrania, lamentó el atraso ruso en “años, si no en décadas” respecto al desarrollo de drones en el país.
“Pero quiero subrayar que no hacemos absolutamente nada para ponernos al día al respecto”, aseveró, con la vista puesta en el Ministerio de Defensa, objeto permanente de sus críticas.
Defensa aseguró que fueron ocho drones los que atacaron y que todos fueron derribados.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, informó que el ataque causó “daños menores” en varios edificios, sin que se hubieran producido heridos graves. Dos personas recibieron atención médica de manera ambulatoria.
Según pudo constatar EFE, los sistemas de GPS dejaron de funcionar durante varias horas en la capital rusa.
El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, declaró que dos personas habían solicitado asistencia médica tras el asalto, pero que “nadie ha sufrido heridas graves”.
Los residentes de los edificios dañados en los ataques fueron brevemente evacuados.
En la calle Profsoyuznaya, un edificio de viviendas con una ventana reventada fue acordonado por la policía, pero el ambiente era tranquilo, con niños jugando fuera y vecinos paseando a sus perros, según pudo comprobar un corresponsal de la AFP.
Algunos de los residentes fueron trasladados a una escuela cercana, donde bebieron té y vieron una película de la época soviética.
Valentin Yemelyanov, un informático de 50 años que vive en la misma calle pero más cerca del centro de Moscú, declaró que no había “miedo ni pánico”. “Los daños son mínimos”, declaró a la AFP. No le sorprendió el ataque con drones, dada la escalada del conflicto. “Es obvio que las cosas van por este camino”.
Moscovitas dijeron a periodistas rusos que un dron también se había estrellado contra un apartamento en el piso 14 de un rascacielos en Leninsky Prospekt, pero no explotó.