“El depredador sexual en cuestión fue mi tío Alfonso Pedrajas": la carta del sobrino que develó el caso de pederastia

Cochabamba, Los Tiempos
“El depredador sexual en cuestión fue mi tío Alfonso Pedrajas Moreno, más conocido como Padre Pica", así señala una parte del correo electrónico que Fernando Pedrajas envió al diario El País y que develó el caso del jesuita que cometió al menos 85 casos de abuso sexual.El ‘Padre Pica’, nació en la española Valencia y se trasladó a Bolivia en 1961. Allí terminó sus estudios de teología, y estableció su residencia permanente hasta su fallecimiento a finales de 2009.

En el correo electrónico, el sobrino del Padre Pica recuerda que su carrera estuvo siempre ligada al ámbito de la formación, fue maestro de novicios en el seminario y director del Colegio Juan XXIII de Cochabamba, según reportó Unitel.

“Precisamente fueron sus alumnos, tanto los del seminario como los niños del Colegio Juan XXIll, las víctimas de sus agresiones sexuales. Toda esta información ha sido totalmente desconocida para toda su familia hasta hace unos meses”, reveló el sobrino de "Pica" en el correo enviado al diario español.

Según los datos, cuando el religioso murió en 2009, sus pertenencias fueron enviadas a España, donde permanecieron almacenadas hasta que el sobrino las encontró.

Fue entonces que encontró un diario que llevaba el título "La Historia", que comenzó a ser escrito en 1960.

“En este diario, el Padre Pica confiesa hasta 89 violaciones a niños menores a lo largo de su vida. La última entrada del diario data del 11 de octubre de 2008”, señala en el correo.

“Además de las confesiones de pederastia, también se describe toda una organización dentro de la Comunidad de los Jesuitas que son conocedores de estos hechos”, indica el sobrino del Padre Pica.

Según el correo del sobrino, el Padre Pica confesó sus delitos a otros religiosos y compañeros, quienes  “lejos de apartarle y darle la ayuda adecuada justifican sus actos como una debilidad física, no moral. El único consejo que recibe para superar su “debilidad” es rezar mucho”.

El sobrino del Padre Pica también pide investigar y confirmar “con máxima diligencia que este tipo de abusos no se sigan produciendo a día de hoy dentro del colegio”.

“Una vez corroborados los hechos, el colegio Juan XXIII debe condenar públicamente lo sucedido, denunciando no solo las agresiones del Padre Pica, también la pasividad y falta de condena por parte de sus compañeros Jesuitas”, indica.

“Ruego me disculpen por ser tan directo e imperativo con mi mensaje, pero comprenderán que mi decepción y dolor es profundo. En espera de respuesta, les mando un cordial saludo”, concluye en el correo.

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