B. DORTMUND 2-MAINZ 2 / Pesadilla total del Dortmund

El empate ante el Mainz, unido al gol postrero de Musiala en Colonia, dejaron al Dortmund sin título ante su afición pese a que dependían de sí mismos. Bloqueo absoluto de los de Terzic.

Aritz Gabilondo
As
La fiesta amarilla tornó en pesadilla. Lo que estaba destinado a ser un día histórico de celebración pasó a uno trágico. El Dortmund sintió una parálisis desde el instante inicial hasta el final del día en el que podía proclamarse campeón. Sólo un tramo final en el que el Colonia empató ante el Bayern devolvió una alegría efímera a un Dortmund destrozado en lo anímico, lejos, muy lejos de la versión que le había llevado hasta estas alturas de temporada con opciones de ser campeón.

El gol tempranero del Bayern en el otro encuentro activó un ataque de pánico que vino acompañado de todo tipo de penurias. Primero se adelantó el Mainz de manera sorprendente con un cabezazo de Hanche-Olsen en un córner; poco después Haller falló un penalti que hubiera supuesto el empate y la tranquilidad; y casi a continuación Onisiwo cabeceó para poner el doloroso 0-2 en el marcador. Todo ello en 10 minutos funestos para los locales, que además vieron cómo Adeyemi sufrió un tirón y tuvo que dejar el encuentro antes de tiempo. Con Bellingham también lesionado en el banquillo, la situación era un drama absoluto en el Signal Iduna Park.

Terzic metió a Moukoko en el descanso y confió en que su equipo se desbloqueara, pero no fue así y el Mainz campó a sus anchas en cada contragolpe con un Onisiwo imperial. El austriaco disparó al poste en un jugada que era la sentencia absoluta. Respiró el Dortmund y también su técnico, que agitó de nuevo el avispero con dos jóvenes como Reyna y el debutante Duranville. El belga abrió el campo por la derecha y el estadounidense encendió la luz por la izquierda. Una jugada iniciada por este sector acabó en el remate, con la derecha, de Guerreiro, el gol que necesitaban los locales para volver a creer y apretar.

Reus cabeceó alto, la defensa del Mainz se fue hundiendo y la porteria de Dahmen comenzó a sufrir un asedio. El tiempo se agotaba. El Dortmund vivía en el alambre. De pronto, casi en el momento más inesperado, la grada estalló de alegría por las noticias que llegaban de Colonia. Un gol de Ljubicic a falta de diez minutos devolvía al liderato a los de Terzic, que sintieron el alivio que en ningún otro instante del partido habían tenido. Un soplo de aire fresco en un desenlace increíble. Un final de temporada para el recuerdo al que aún le faltaba la última curva.

Con el título en la mano, pese a sus errores, un tanto de Musiala en Colonia sepultó las esperanzas del Dortmund, castigo inapelable para un equipo que escribió su historia negra con un patinazo épico. Ni el tanto de Süle en la última jugada evitó la decepción. Un drama. Una decepción en mayúsculas. Un final de trayecto que puede ser también el de Bellingham en Alemania.

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