ATLÉTICO 2 - REAL SOCIEDAD 1 / Tú a Champions, yo a Riad

El Atlético certifica la Supercopa con goles de Griezmann y Nahuel. La Real acortó con Sörloth pero estará en la próxima edición de Champions tras la derrota del Villarreal.

Patricia Cazón
As
El Metropolitano fue salomónico: al final todos ganaron aunque el marcador dijera otra cosa. La Real porque es de Champions. El Atleti porque jugará la Supercopa y aún puede ser segundo. Un Atleti que asomó con sorpresa en la tarde, con una titularidad, la de Reguilón, por primera vez y casi última, y la falta de un 9 puro. Morata volvía, como Savic, pero solo al banquillo. La pelota fue de la Real desde el mismo sorteo y la tocaba con parsimonia, desde el pie de Remiro que iniciaba para que los txuri-urdin se dedicaran a bailar por todo el campo, moviendo el balón sin prisa pero tesón, de lado a lado, buscando un resquicio. Porque la tocaban con los pies, sino hubiera podido llamarse balonmano. El Atleti, mientras, observaba como un nini.

Ni especialmente intensos, ni especialmente lúcidos saltaron los rojiblancos. Los porteros existían pero como si no, dos puntitos minúsculos a lo lejos. Tardaría veinte minutos el equipo del Cholo en hilar una jugada que le llevara ante Remiro. Pase de Koke a Reguilón y balón atrás del defensa para que Carrasco buscara red desde la frontal. Despejó Ahien. Pero ahí quedaba la bandera: esa vía estaba abierta. En seguida Remiro volvió a tener el área llena de rojiblancos mientras el aguacero en Madrid se colaba por la cubierta del Metropolitano en cortinas de lluvia. El balón rápido, el balón ideal para un hombre siempre a la carrera como es Nahuel. Su centro tenso y perfecto lo interceptó Zubeldia cuando la bota de Reguilón ya salivaba esperando. La Real, mientras, seguía sin lograr encontrar ese resquicio: el Atleti fundía todos los intentos de hacerle llegar el balón a Illarra, Zubimendi o Merino. Y, claro, si ellos no olían el cuero, la Real bailaba y bailaba bajo la lluvia, pero con los ojos vendados.

Bien abiertos los llevaba De Paul, con el pelo teñido de blanco, cuando recuperó ese balón que enseguida supo a quién y dónde enviarlo: al desmarque de aquel con su mismo pelo aunque salpicado por destellos rosas. Grizi le puso su nombre, lo acunó y lo llevó al área grande desde donde lo envió a la red con un disparo zurdo, cruzado y con ayuda: para despistar a Remiro, Saúl hizo pantalla. El francés, por cierto, no celebró. Nunca lo ha hecho. En ninguno de sus siete goles a la Real, ese lugar del que se fue en 2014 pero que siempre será casa. Al Atleti le había costado pero ya tenía el marcador y el balón. El descanso llegó con la posesión rojiblanca (52,5%) y Kubo inédito. Pero Oyarzabal aún más.

El gol de Sörloth y los nervios

La segunda parte comenzó con Sörloth soltando todas las bridas con las que los hombres del Cholo tenían atados los espacios y colándose como una exhalación en el área chica de Grbic. Pero cuando llegó a los pies del portero, decidió pararse a pensar y eso siempre es error: en el área no se piensa, en el área se mata. Tanto se demoró que hasta a Witsel, un diesel al que se le notan los 34 años, le dio tiempo a llegar y desbaratar. Mientras Grizi seguía llenando el vídeobook que le acreditará como MVP de esta Liga, con esa omnipresencia que mejora todo, a Imanol la radio le traía sonrisas: “Gol del Rayo al Villarreal”. Les hacía de Champions, matemático, aunque perdieran. E Isi agrandaría allí la herida mientras Grbic aquí le detenía un potente chut a Barrenetxea.

Simeone le sumaba el talento de Correa al de Grizi e Imanol llenaba la hierba de pólvora, como si no lloviera. Una lluvia en la que se deslizaba el Atleti, con Correa girando y dejando correr el balón a lo Fred Astaire. Dos minutos más tarde, Nahuel le encontró, Angelito fintó y cedió a Grizi quien devolvió a Nahuel para que éste marcara con un ligero toque de Zubeldia. Sörloth acortó la distancia para que las piernas de los rojiblancos temblaran al final, con el recuerdo del 0-3 que el Espanyol empató fresco. Pero los del Cholo resistieron y colorín colorado, este partido se acabó. Y la temporada también. Tú a Champions, yo a Riad. Y todos comiendo perdices.


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