Argentinos vs. Independiente, por la Liga Profesional: el Rojo no pudo mantener su ventaja y, al final, hubo justicia
El equipo de Avellaneda se imponía por 2-0, sin merecerlo; los dirigidos por Milito, con fútbol y coraje, empataron el partido, de gran nivel de principio al fin
La transformación experimentada en el fútbol argentino en las últimas décadas pudo palparse durante la semana solo con prestarle atención a los temas dominantes en una y otra vereda. Mientras que en La Paternal la atención estuvo puesta en la impecable marcha del equipo en la Copa Libertadores, en la casa del máximo ganador del principal torneo continental las charlas giraron en torno a la colecta que organiza Santiago Maratea y que más allá de los 677 millones de pesos recaudados ha resultado un campo fértil para las polémicas mediáticas, las sospechas y, del otro lado, la construcción de un muro de esperanza para solventar una situación crítica.
Ambas circunstancias tuvieron casi tanta influencia en el desarrollo del partido como la continua llovizna (por momentos convertida en lluvia) que aceleró la velocidad de deslizamiento de la pelota sobre el césped y la frecuencia ya de por sí alta en nuestro fútbol de choques y fricciones.
La participación copera del Bicho obligó a Gabriel Milito a prescindir de varios de sus titulares habituales, pero aun así Argentinos mantuvo sus señas de identidad: posesión y dominio a partir de ensanchar el campo con volantes externos y laterales, de poblar el mediocampo con mucho despliegue, y con Gabriel Ávalos como faro en la punta del ataque.
A Independiente la discutida colecta no le mejoró el juego pero le dio una energía diferente a la enseñada en la primera parte del torneo. Ese ímpetu renacido resulta suficiente para revestir de seguridad una defensa que disimula las ventajas que ofrece con el esfuerzo colectivo y la acumulación de gente rodeando el área propia. Desentendido de la elaboración, el equipo del Ruso Zielinski intenta escalar posiciones en la tabla con mucho sudor, ataques directos y el aprovechamiento de los errores ajenos.
Lo mejor del partido
El 1-0 con que acabó la etapa inicial confirmó a esta última como la mejor vía del Rojo para generar peligro. En tiempo de descuento, Sergio Ortiz presionó a Matías Vera en la puerta del área local, le robó la pelota cuando quiso girar y definió junto al palo derecho. Antes de esa acción, Matías Giménez y Braian Martínez habían estado a punto de provocar fallos parecidos en el fondo del Bicho.
Argentinos es otra cosa. Intenta progresar en bloque y tocando, por lo general con la pelota contra el suelo. Con esas armas había gozado de las mejores situaciones de gol en los primeros 45. Un disparo cruzado de Kevin Mac Allister que no alcanzó a empujar Gastón Verón; un cabezazo de Marco Di Cesare que Rodrigo Rey desvió al córner y, sobre todo, una doble oportunidad en el 28. Lanzó el centro Javier Cabrera por derecha, Ávalos en soledad le dio con la pantorrilla, manoteó el arquero, la pelota dio en el travesaño, Rodrigo Cabral cazó el rebote y la rodilla de Rey, que volvía desde adentro del arco, impidió el tanto (ninguna imagen pudo determinar si el balón había atravesado la línea o no).
La ventaja obtenida por el Rojo incentivó las convicciones de cada técnico tras el descanso. Milito quitó un central para incorporar un volante ofensivo y armar un 3-3-1-3. Zielinski a su vez hizo exactamente lo contrario y armó un 5-4-1.
Pareció acertar el Ruso en primera instancia cuando una breve ráfaga de acciones ofensivas de Independiente acabaron con un claro penal de Di Cesare a Martínez que Martín Cauteruccio cambió por gol. Pero ni siquiera el 0-2 le alteró la postura al Bicho. Aumentó su dominio con el manejo de Francisco González Metilli y dos torpezas de Edgar Elizalde le ayudaron a torcer la historia. El central uruguayo le cometió un penal absurdo a Verón a los 31 que le sirvió a Ávalos para acortar distancias y perdió la marca de Leonardo Heredia a los 37 para que al Rojo le marcaran el enésimo gol a la salida de un córner.
Se fue mascullando bronca Independiente por la ventaja dilapidada, no quedó satisfecho Argentinos porque sintió que hizo el gasto. Fue empate y suena justo. Por el fútbol más lúcido de uno y el espíritu renovado del otro. Porque viven tiempos diferentes y lo manejan como mejor pueden y saben. Porque en el fútbol, esa materia imperfecta, valen las herramientas más variadas para aprobar los exámenes de cada fin de semana.