El
reino saudí inicia una ofensiva para arrebatarle el Mundial 2030 a
España con la contratación de las grandes estrellas de la Champions.
Karim y Leo, a punto de dejar el PSG y el Real Madrid.
As
Karim
Benzema y Leo Messi tienen sobre la mesa sendas ofertas de Arabia Saudí
por cantidades astronómicas: 200 y 300 millones de euros
respectivamente. Ambos tienen un pie fuera de sus respectivos equipos, el Real Madrid y el PSG. En Oriente Medio les espera Cristiano Ronaldo, que fue la primera pieza de caza mayor del reino saudí, que ha
iniciado una ofensiva para arrebatarle el Mundial 2030 a España con la
contratación de las grandes estrellas de la Champions y la firma de
acuerdos de colaboración con las federaciones africanas y con su matriz,
la Confederación Africana (CAF).
Benzema,
que está renovado de facto en el Madrid por la ‘cláusula Balón de Oro’,
no ha confirmado su continuidad en el club, al que ha dado traslado del
ofertón saudí. El problema no es sólo el contrato (400 millones de
euros por dos años) sino también que después tendrá la ocasión de seguir
ingresando grandes cantidades como Embajador del Mundial 2030. Con Messi sucede exactamente lo mismo. Arabia
Saudí repite así la estrategia de Qatar, que para llevarse la Copa del
Mundo 2022 contrató a Xavi, Zidane y Beckham, entre otras estrellas. Además, los contratos con los árabes son limpios, libres de impuestos y eso hace irrechazable sus ofertas.
Arabia
Saudí, cuyos socios son Turquía y Grecia, ha montado una estrategia
para llevarse el Mundial 2030, la Copa del Mundo del Centenario, en la
que su principal rival es la Candidatura Ibérica que forman España,
Portugal y Marruecos, país al que se integró en lugar de Ucrania con la
intención de obtener el apoyo de las 56 federaciones africanas. Pero Arabia ha reaccionado firmando un acuerdo de colaboración con la CAF que anula la iniciativa de la Candidatura Ibérica.
Esos 56 votos de África decantarán en septiembre de 2024 la elección de
la sede del Mundial 2030, y ahí es donde hay que situar el
formidable interés de los árabes en la contratación de grandes figuras,
como Messi y Benzema, que den visibilidad a su país y a la Superliga
saudí.