Activistas climáticos tiñeron de negro la Fontana de Trevi de Roma: “Nuestro país está muriendo”
La Policía entró al agua para arrestar a los manifestantes, que reclamaban contra las inversiones en combustibles fósiles. El alcade pidió acabar con las “absurdas agresiones” al patrimonio artístico
El líquido arrojado al agua de este monumento es presumiblemente carbón líquido, el mismo que usaron en otras acciones similares como en la fuente de la Barcaccia de la Plaza de España romana o la de los Cuatro Ríos de Gian Lorenzo Bernini en la Plaza Navona.
Una decena de jóvenes entró en el agua de la joya del Barroco para advertir que “nuestro país está muriendo” a causa de la crisis climática y señalaron como una de sus consecuencias las inundaciones en Emilia-Romaña, en el norte italiano y que han causado 14 muertos y 36.600 desplazados.
La Policía acudió al lugar para arrestarlos, entrando al agua para sacarlos uno a uno, mientras que los turistas que visitaban el monumento reaccionaban con insultos y abucheos a su acción.
El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, pidió en sus redes sociales acabar con “estas absurdas agresiones a nuestro patrimonio artístico” como la mítica Fontana, que en 2015 vio concluida su restauración y limpieza tras un año y medio de labores.
“Hoy ha sido vandalizada la Fontana di Trevi. Su recuperación será cara y compleja y esperamos que no haya daños permanentes. Invito a los activistas a medirse en un terreno de debate sin poner en riesgo los monumentos”, pidió el regidor.
El grupo “Ultima Generazione” (Última Generación) reivindicó la acción en su perfil de Instagram y exigió “bloquear los subsidios públicos a los combustibles fósiles y poner la atención en el colapso climático al que nos dirigimos”.
No es la primera vez que el grupo de activistas arremete contra el patrimonio con acciones como estas.
El pasado 1 de abril, vertieron tinte negro en la histórica fuente de la Barcaccia de la Plaza España de Roma, construida entre 1626 y 1629. Antes, el 17 de marzo otros dos jóvenes mancharon con pintura naranja el Palacio Vecchio de Florencia, sede del ayuntamiento, y fueron detenidos por el propio alcalde, Dario Nardella.
El pasado noviembre arrojaron sopa a un cuadro de Van Gogh de una exposición temporal de Roma y mancharon con pintura el “El Dedo” del Maurizio Cattelan frente a la Bolsa de Milán, además de la escultura ecuestre del Vittorio Emanuele II frente al Duomo o catedral de esa ciudad.
Dos activistas están siendo juzgados en el Tribunal del Vaticano por dañar con pegamento el basamento de esta escultura del Laocoonte en una protesta.
El Gobierno italiano ha aprobado un proyecto de ley que castigará a los autores de actos vandálicos contra obras de arte, monumentos o patrimonio con multas de hasta 60.000 euros o sanciones penales.