Un PSG a la francesa

Tras perder a Tchouameni y Camavinga, Al-Khelaïfi quiere afrancesar el club y se atisba un mercado en el que los jugadores nacionales serán las prioridades.

Andrés Onrubia
As
Allá por el mes de junio, una vez consumada la renovación de Kylian Mbappé, Nasser Al-Khelaïfi dejó una frase que podría ser determinante en el proyecto del PSG. “Es el fin del Bling-Bling”, reconocía el qatarí. Una expresión, poco usada en general en Francia, que hace referencia al fin de los lujos, de las estrellas y del glamour, justo en lo que se ha convertido el proyecto parisino a lo largo de los últimos años.

A tenor de lo dicho por el presidente, se atisban cambios en la política de fichajes del PSG. Las renovaciones de Sergio Ramos y Messi, ambas todavía sin un desenlace claro, podrían dar paso a nuevos jugadores que, aunque ni por asomo alcancen el currículum de los mencionados, servirían para abrir una nueva era en París. Al-Khelaïfi, además, reconoció que otro de los objetivos era “potenciar la cantera”, esa que ha forjado a jugadores como Coman, Nkunku o Diaby, entre otros muchos, y que ha visto como temporada tras temporada se producía una emigración continua ante la falta de oportunidades. Zaïre-Emery, mediocentro de 17 años, Gharbi, Bitshiabu o Housni ya han tenido minutos con el primer equipo esta temporada, por lo que la línea a seguir es que se asienten definitivamente.

Lo que no está en tela de juicio en París es la salida de Kylian Mbappé. Más bien lo contrario. Después de una semana de alta tensión, con el delantero quejándose de ser utilizado, sin permiso, por el club en una campaña de abonados para la próxima temporada, fuentes consultadas por AS reiteran que el delantero no se moverá y que la prioridad del proyecto es hacer un equipo en torno a él, es decir, formado principalmente por jugadores franceses, que conozcan la Ligue 1 y que puedan dotarle de una identidad clara al PSG, que es de lo que precisamente ha adolecido en sus dos últimos años. No quiere que clubes como el Real Madrid fichen a los mejores talentos nacionales, algo que ha sucedido con Camavinga, Tchouameni, Mendy y, en su día, Benzema.

Entre los distintos objetivos que monitoriza la dirección deportiva, encabezada por Luis Campos, se encuentran distintos talentos interesantes. Uno de ellos es Khéphren Thuram, centrocampista del Niza que precisamente realizó un gran partido contra el PSG el pasado fin de semana. A su juventud, 22 años, hay que añadirle una capacidad para superar líneas en conducción extraordinaria en la divisoria. Manu Koné, internacional sub 21 con Francia y centrocampista del Gladbach, también se encuentra entre las alternativas que baraja el consejero deportivo del PSG.

En ataque también hay varias posibilidades. Empezando por Kolo Muani. Su irrupción en el Eintracht de Frankfurt, acumulando 19 goles y 14 asistencias entre todas las competiciones, le convierten, indudablemente, en una de las joyas de la corona en el próximo mercado. La cifra del traspaso rondaría los 80 millones y, aunque Campos ha elegido a Osimhen como prioridad para reforzar el ataque, la realidad es que el fichaje del nigeriano podría alcanzar cifras desorbitadas en medio de un año en el que el PSG está expuesto por el Fair-Play Financiero, aunque la posible salida de Messi le ahorraría una cifra importante en la masa salarial.

Moussa Diaby, precisamente canterano del PSG, también aparece en el horizonte. Según informó Foot-Mercato, el extremo del Bayer Leverkusen, que en la Bundesliga se ha convertido en un puñal, forma parte de los objetivos del conjunto parisino. Resulta paradójico, pero el club podría hacer un esfuerzo económico por un jugador que fue un revulsivo de lujo durante dos años en la capital francesa. La intención, claro está, es rodear a Mbappé de futbolistas franceses y que el PSG disponga de una identidad que actualmente no existe.

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