Tensión en Francia por la final de Copa

Emmanuel Macron recibirá una pitada monumental y el presidente no bajará a hacer el saludo a los equipos antes del partido. Se ha reforzado la seguridad.

Andrés Onrubia
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La final de la Copa de Francia, que disputarán el Nantes y el Toulouse este sábado en el Stade France, en Saint-Denis, será mucho más que un partido de fútbol. Hace cuatro meses, Emamnuel Macron, presidente de la República, promulgó una ley que ha generado la mayor crisis política e institucional desde los chalecos amarillos. El líder del Ejecutivo francés anunció el aumento de la edad de jubilaciones por dos años, provocando un rechazo y un escepticismo al decreto al que le han seguido sucesivas jornadas de huelga y perturbaciones en los servicios públicos.

Macron acudirá al Stade France para presenciar en directo la final de la Copa de Francia, pero será en unas condiciones inéditas desde que iniciara su mandato en 2017, actualmente en la segunda legislatura. En primer lugar, no descenderá al terreno de juego a hacer el saludo oficial a los 22 futbolistas que disputarán el partido, evitando así una pitada monumental que podría alcanzar decibelios históricos.

Antes del partido, los Sindicatos y distintos grupos opositores a Macron van a repartir, en las puertas de las paradas de metro y de tren, 30.000 tarjetas rojas y más de 10.000 silbatos para que los aficionados expresen su rechazo al presidente de la República. Las protestas que se desarrollarán en el Stade France no serán retransmitidas por France 2 y BeIN Sports, las dos televisiones que ostentan los derechos de la final, acatando las órdenes que llegan desde el Eliseo. De hecho, la prefectura (delegación del Gobierno) de París ha prhibido este viernes la concentración.

Tampoco está confirmado que Macron vaya a otorgar el trofeo de campeón de la Copa de Francia al vencedor de la final. El dirigente francés quiere evitar cualquier tipo de confrontación, consciente de que Francia se encuentra en un período de crisis por su reforma de las jubilaciones, que fue ratificada por el Consejo Constitucional, el equivalente al Tribunal Constitucional en España, el pasado 14 de abril.

La seguridad para el evento se ha reforzado considerablemente. La prefectura de policía de París anunció un despliegue sin precedentes para una final de la Copa de Francia, que contará con más de 3.000 fuerzas del orden, tres veces más que en la final del año pasado que enfrentó al Nantes y al Niza. En la final de la Champions, en mayo de 2022, que fue un absoluto desastre por las dificultades para acceder al recinto, hubo 6.800 policías desplegados para intentar velar por la seguridad del evento.

Las fuerzas de seguridad del Estado reiteran que pitar al presidente de la República está penado por el Código Penal y, además, también está prohibido pitar en medio de un partido para “no perturbar el arbitraje”. De hecho, en la final de la Copa de 2002, que enfrentó al Lorient y al Bastia, el inicio del encuentro se suspendió debido a los pitos dedicados por aficionados corsos a La Marsellesa, provocando que Jacques Chirac, entonces presidente de la República, amenazara con abandonar el palco y suspender el partido.

El Código Penal se endureció por cualquier tipo de ultraje a los símbolos nacionales, entre ellos el himno, por lo que si este sábado hay una pitada a La Marsellesa, si atendemos estrictamente al Código Penal, el presidente, Emmanuel Macron, estará obligado a dejar el Stade France y a no disputarse la final. Sería, en última instancia, una medida improbable, ya que las protestas estarán dirigidas única y exclusivamente contra Macron y no contra los símbolos de la República Francesa.

Macron se enfrenta a un período de crisis, crispación y protestas continuas debido a una ley que se ha extendido al mundo del fútbol. Los aficionados del Nantes y del Toulouse mostrarán su descontento con el líder del Ejecutivo francés, especialmente en el minuto 49, como rechazo al decreto número 49.3 que recoge la Constitución y que le avaló para evitar que la ley de reforma de las jubilaciones se sometiera a voto en la Asamblea Nacional. En lo deportivo, el Nantes busca su segundo entorchado consecutivo y el Toulouse su primera Copa desde hace 56 años. El partido copará más atención, sobre todo en la previa, en el palco que en el terreno de juego.


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