Sao Paulo fue más que Tigre

Los brasileños sacaron la diferencia en el segundo tiempo luego de un inicio que había sido favorable al local. Por suerte, no hubo incidentes dentro de la cancha.

Hernando Maderna, Olé

Y un día se volvieron a ver las caras. Después de 11 años, Tigre y Sao Paulo jugaron en Victoria por la Copa Sudamericana. Fue la primera vez que se reencontraron luego del escándalo de la final de 2012. Había cuentas pendientes, pero por suerte los 22 jugadores se portaron como verdaderos profesionales.


TIGRE DEJÓ PASAR SU OPORTUNIDAD

Los brasileños, sin Galoppo ni Calleri, arrmaron una línea de cinco defensores y de movida arrancaron fríos. Fue el local, con un remate de Blondel y otro de Luciatti, el que tuvo las primeras dos chances claras de gol en un partido con mucho ritmo, Ya de movida, el uruguayo Ostojich quiso tener el partido bajo control y antes de los 15' amonestó a dos jugadores: Alexis Castro de Tigre y Rato de Sao Paulo. A los 25' ya había dos por lado y siempre con el Matador como protagonista del partido. Pero era pierna fuerte leal. Sin golpes bajos que pudieron sacar el juego del equilibrio natural.

EL SEGUNDO TIEMPO FUE DE SAO PAULO

La tercera chance del partido la tuvo Mateo Retegui. El delantero de la selección de Italia robó un balón en la salida de Sao Paulo, que se equivocó mucho, y cuando quedó mano a mano con Rafael perdió ante la salida del arquero. Al fallar tantas chances de gol, Tigre dejó vivo a un rival de jerarquía y el segundo tiempo mostró un cambio de fichas. Fue la visita el protagonista y aprovechó un ataque abierto para ponerse en ventaja. A los 13' Erison definió cruzado de zurda y puso el 1-0. De ahí en más, el local intentó una reacción. Volvió a tener la pelota, pero llegó con claridad hasta tres cuartos de cancha sin generar peligro cierto. Encima, a los 29' el propio Erison llegó al segundo con un remate que rebotó y se le metió por arriba a Marinelli.'El 2-0 liquidó el debut del Matador en la Sudamericana.

Más allá del resultado y la derrota, los jugadores de ambos equipos tuvieron muy buena conducta. Si bien hubo pierna fuerte, no se prendieron en ninguna agresión y fueron muy prudentes al igual que el árbitro, quien de arranque llevó las riendas muy cortas del partido. Todo quedó en una sensación de algo que por suerte finalmente no pasó.

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