Sala de máquina: la importancia del mediocampo de River en el partido de la Copa
Ya ajustado y balanceado, ahora deberá darle aire y juego al equipo en la altura de La Paz.
De una reunión extraordinaria en el Camp junto a todo su cuerpo técnico allá por finales de febrero por los graves errores defensivos a un marzo impecable con 100% de efectividad y sin goles en contra. Si bien su River casi siempre mostró su idea (a veces solo unos pocos minutos; otras, más tiempo), uno de los grandes méritos de Martín Demichelis fue haber encontrado el equilibrio prácticamente perfecto entre la zona baja y el ataque a través de un mediocampo que empieza a salir de memoria: cuando sacó un punta para agregar un volante más, se vio lo mejor de su equipo...
Porque además de la presencia de un Beltrán on fire que es goleador (cinco en 10 partidos, uno cada 84 minutos) y primer defensor en la presión, River necesitaba una sala de máquinas para poder explotar todas las virtudes futbolísticas de un plantel con muchos jugadores de buen pie: Paradela, Nacho Fernández, Aliendro y De la Cruz (Palavecino o Barco cuando su rodilla no lo dejó jugar), en diferentes alturas, le dieron soporte a Enzo Pérez y se complementaron de la mejor manera para generar un juego más que interesante de mitad de cancha para adelante y solidez en el fondo.
Ese maridaje que encontró Demichelis después de tantas pruebas en el Camp y que lleva tres partidos ligueros (Godoy Cruz, Sarmiento y Unión) y el amistoso contra la U. de Chile (con otros intérpretes) será clave que se siga sosteniendo en este nivel para el debut en la Libertadores, nada menos que en los 3.600 metros de La Paz: ante un rival que "agarra la pelota y patea" -según el propio DT explicó-, los circuitos internos del medio pueden hacer que River descanse con la pelota, cuide el oxígeno y que, por consecuencia, The Strongest no sea tan avasallante.
Una prueba más que oportuna para que el equipo se siga consolidando y empiece a trasladar lo hecho en el plano local al internacional: será importante potenciar este cambio pensando en que se viene un abril hot y que mayo arranca con una visita a Fluminense y el superclásico. Un calendario apretado que lo hará jugar entre semana durante 3/4 de este mes y que le dará fluidez y cansancio en partes iguales: ahí es donde tomará preponderancia la rotación (ante Huracán o Gimnasia probablemente se vean los primeros cambios) y el técnico necesitará a todos los jugadores en un alto nivel.
Porque es un facto que River ganó todo lo que jugó en marzo en buena parte por su mediocampo, pero las formas tomaron preponderancia: River alcanzó su prime este viernes ante Unión gracias a la gran movilidad que tuvo en el mediocampo y la velocidad con la que subió la pelota y atacó. Aliendro, Enzo y De la Cruz cambiaron en muchos tramos del partido sus posiciones (¡el capitán hasta llegó a desbordar como hace 14 años!) y arrancaron las jugadas en campo propio para generar superioridad numérica y construir el juego que continuaron Nacho y Paradela en una línea más adelantada. A uno o dos toques y con una continua búsqueda del espacio, el equipo de Demichelis generó un recital de chances claras que no se trasladaron al resultado únicamente por la ineficacia. Ah, y con la valla invicta...
