Rodrygo, estrella mundial

El brasileño está firmando los mejores datos de su carrera. Contra el Almería convirtió un callejón sin salida en un autopase para enmarcar.

Fernando S. Tavero
As
En un partido marcado por la pinceladas, Rodrygo (22 años) fue el más artista de todos. Si Vinicius perfiló el 1-0 de Benzema con un caracoleo que no por habitual debe perder importancia y foco, el 21 fue más allá en el 2-0. En línea de fondo, Rodrygo se topó con Samu Costa, le dio la espalda y cuando parecía que estaba en un callejón sin salida, completó el número de escapismo. “Creo que fue un autopase. Era mi única opción. Fue bonito”, explicó el de Osasco en la flash interview. Lo fue, un autopase con la suela que dejó a su rival en estado de confusión. Asistencia a Karim y segundo de la noche. Sin duda, una de las jugadas del año, de esas que el Bernabéu graba en su memoria. Ya en la segunda parte, en lugar de cocinar, ejecutó. Un zapatazo desde fuera del área. Dos jugadas de museo. ¿Lo mejor? No ha sido una actuación aislada. El Rodrygo de flashes, de momentos, le ha abierto la puerta al Rodrygo constante. El salto necesario para cambiar de etiqueta. De promesa a estrella planetaria.

Así se rehizo Rodrygo para superar a Samu tras su autopase con la suela.
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Así se rehizo Rodrygo para superar a Samu tras su autopase con la suela.JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

En el triunfo ante el Almería, Rodrygo marcó su decimocuarto gol y entregó su décima asistencia. Topes ambos de su carrera. Participación directa en 24 tantos, uno cada 134 minutos, y con un mínimo de nueve partidos por delante (diez si el Madrid llega a la final de Champions). Tiempo suficiente para elevar aún más su techo. Y todo ello abrazado a una regularidad con la que hasta ahora no había estrechado lazos. Siete de sus goles llegaron antes del Mundial y los otros siete después. Ídem en asistencias: cinco pre y cinco postQatar. Un pico de forma balanceado. También ha guardado en la zona profunda del baúl el traje de revulsivo para afianzar el tallaje del chaqué de titular. De los 49 partidos que ha disputado esta temporada, 34 han sido de inicio. Un 69,4% frente al 49,5% (53 de 107) de sus primeras tres temporadas de blanco.

“Ha llegado mi momento”

“Estoy muy contento con mi rol. Es fruto de mi trabajo en el día a día. Siempre trabajo para ser titular. Ha llegado mi momento”, resumía nuestro protagonista tras su estupenda actuación contra el Almería. Un encuentro donde completó, además de La Jugada, otros dos regates más que elevan su cuenta hasta los 95 esta temporada. Sólo por detrás de Vinicius (170), Rafael Leão (108), Messi (103), Frimpong (102) y Bellingham (96) entre jugadores de las cinco grandes ligas. Porque Rodrygo está creciendo en el desborde y compite con los mejores regateadores del mundo, sólo alejado de un Vinicius que no es terrenal en el arte del uno contra uno. El mejor aderezo para una ensalada cargada de ingredientes ya conocidos: comprensión del juego, imaginación, capacidad combinativa en una baldosa, capacidad de remate...

Zapatazo que se coló por la mismísima escuadra, imparable para Fernando.
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Zapatazo que se coló por la mismísima escuadra, imparable para Fernando. Florencia Tan JunGetty Images

A medida que la temporada ha ido avanzando, Rodrygo ha ido creciendo, potenciando esas cualidades y ganando confianza. Al amanecer era alternativa a todos. A Vinicius en la izquierda, a Benzema en el centro, a Valverde en la derecha. Ahora no es una opción de guardia, ahora aparece en el once de gala de Ancelotti. Para eliminar al Chelsea y remontar al Barça, el Halcón da picotazos en el centro del campo y Rodrygo se ha asentado como la tercera asta de un tridente de cuyo colmillo se nutren las opciones del Madrid de terminar con la Decimoquinta en la vitrina y recuperar el cetro de una Copa del Rey que se resiste desde 2014. Resulta osado pensar en el Madrid sin él como titular. Como ocurrió con Vinicius la temporada pasada, ahora es Rodrygo el que ha cambiado de estatus. Ha llegado su momento.


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