REAL MADRID - CHELSEA / El campeón contra Frankenstein

El Real Madrid se mide a un Chelsea recompuesto dos veces en un año: tres técnicos, ocho fichajes en verano y otros ocho en invierno. Solo un puesto en el aire en los de Ancelotti.

Luis Nieto
As
El Chelsea ha sido el último equipo en ganarle una eliminatoria a doble partido al Madrid. Sucedió hace casi dos años, en las semifinales de Champions y con Thomas Tuchel en el banquillo. El alemán había llegado apenas cuatro meses antes para sustituir a Frank Lampard, una leyenda del club, y tuvo un efecto inmediato. El equipo, que andaba noveno en la Liga, acabó cuarto, ganó la Champions y la Supercopa de Europa, llegó a las finales de la FA Cup y de la Carabao (perdió ambas con el Liverpool) en la temporada siguiente y se aseguró repetir en la Champions con una tercera plaza. De la máxima competición fue destronado en cuartos por el Madrid de los milagros.

Para entonces ya había empezado a cambiar todo. Roman Abramovich se vio obligado a vender el club en marzo de 2022 a un consorcio estadounidense liderado por Todd Boehly, propietario del equipo de béisbol estadounidense Los Ángeles Dodgers, quien comenzó a desmontar el club por piezas. Primero cayó Marina Granovskaia, mano derecha del magnate ruso; luego el director deportivo, Petr Cech, y en septiembre, el propio Tuchel tras dos partidos perdidos en Liga y uno en Champions. Las derrotas parecieron la excusa, que no la razón. Boehly explicaría luego: “No decidimos por un triunfo o un partido perdido. Simplemente no estábamos seguros de que Tuchel viera el club como nosotros”.


Dieciséis fichajes

Boehly cometió después todos los pecados del recién llegado cargado de dinero. Pagó 3.200 millones por el club y prometió 2.000 para fichajes. Compró ocho futbolistas de una tacada en verano, indemnizó con 11 millones a Tuchel y pagó otros 25 al Brighton por quitarle a su entrenador, Graham Potter, que no tenía ninguna experiencia en el fútbol de élite. Como aquello no funcionaba trajo ocho futbolistas más en invierno con el mismo éxito. En total, 611 millones gastados en una temporada, la misma cantidad que el Madrid en las cinco últimas. Potter fue despedido tras haber ganado solo 11 de 29 partidos en la Premier, donde es undécimo, no haber enlazado más de tres triunfos consecutivos y ver cómo el City le echaba en la tercera ronda de la FA Cup y de la Carabao. El último capítulo del show ha sido el casting de técnicos (Luis Enrique, Nagelsmann, Pochettino…) para acabar, tras la interinidad de Bruno Saltor, de nuevo en Lampard, 804 días después, también en condición de interino, que debe administrar lo único potable de la herencia recibida: la Champions.

Lampard dialoga con Aubameyang durante el último entrenamiento del Chelsea en Londres.
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Lampard dialoga con Aubameyang durante el último entrenamiento del Chelsea en Londres.DANIEL LEALAFP

Ahí el equipo ha sido más fiable. Pese a perder en Zagreb y empatar en casa con el Salzburgo, pasó la primera fase y eliminó en octavos al Dortmund con remontada en Stamford Bridge. Ahora vuelve a estar bajo mínimos, con dos puntos de 12 en los últimos cuatro encuentros de Premier. El sábado, ante el Wolverhampton, Lampard ya dejó algunos apuntes de su idea de juego: una defensa de cuatro en lugar de los tres centrales de Potter y algunos minutos para futbolistas olvidados como Aubameyang. Fue un once pensando en la Champions, sin Kanté, al que reservó para el Bernabéu. Jugador nuclear, ha estado de baja desde agosto hasta hace dos semanas. Estará ante el Madrid y, quizá, también Mount, que sale de lesión y es muy del gusto de Lampard. Thiago Silva y Azpilicueta también están recuperados, aunque no se les espera en el once. Havertz y João Félix liderarán el ataque. El exatlético solo ha marcado dos goles y tampoco ha sido aquí un jugador capaz de marcar diferencias, pero en el club están encantados con él. Es la bandera y el morbo de un equipo del que lo último que se sabe es que solo fue capaz de disparar una vez a puerta ante el Wolverhampton (sigue el partido de hoy en directo en As.com).

Es difícil, por tanto, difícil saber con qué se encontrará el Madrid. Los registros hablan de un equipo menos ofensivo (ha metido nueve goles menos que los blancos en la Champions y solo 29 en 30 partidos de Premier) y con menos remate, pero más contundente atrás: nadie ha hecho más faltas en la competición (111 frente a las 56 de los blancos), solo al City le han disparado menos y es muy superior al Madrid en recuperaciones.

Un mal visitante

El Madrid ofrece pocas dudas. Ancelotti reservó seis titulares (Carvajal, Alaba, Camavinga, Kroos, Modric y Valverde) en el once inicial que se midió al Villarreal. Todos estarán hoy y solo queda una plaza libre, con tres candidatos dispares: Nacho, que será lateral si Camavinga ejerce de pivote; Tchouameni, si su compatriota es lateral izquierdo, y Rodrygo, si Valverde juega de tercer centrocampista. Será, en cualquier caso, una alineación más reconocible que la que Ancelotti presentó ante el Villarreal. Ya después de aquel partido loco con mal final anunció el italiano que hoy será otra historia.

Vinicius y Militao, durante el último entrenamiento del Real Madrid.
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Vinicius y Militao, durante el último entrenamiento del Real Madrid.PIERRE-PHILIPPE MARCOUGetty

Aun desahuciados en la Liga, conviene recordar que en el Bernabéu se citan los dos últimos campeones de la Champions y que llevan tiempo concentrando todos sus esfuerzos en ella. El Chelsea no ha sido, históricamente, un enemigo cómodo para el Madrid, que solo le ha ganado una vez en siete duelos. Le quitó una Recopa y una Supercopa de Europa y no pudo vencerle en las dos ocasiones en que le recibió, una en Valdebebas y otra en el Bernabéu. También existe cierto recelo respecto a un público que es más de remontada que de partido de ida. El equipo espera que se tome esto a la tremenda desde el principio.

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