Pierden el contacto con la nave de Japón que ha intentado aterrizar en la Luna
La nave nipona Hakuto-R tenía previsto su aterrizaje en el cráter Atlas, ubicado en el Mare Frigoris (Mar del Frío), en el norte del satélite terrestre.
Sin embargo, a la hora de llevar a cabo su aterrizaje en el satélite, la sonda perdió la señal con la Tierra. Un desafortunado desenlace que se produce después de que hace cinco meses, el módulo de aterrizaje lunar fuera lanzado con éxito por el cohete SpaceX Falcon 9 y tras un largo viaje hacia la Luna, sí pudo realizar la maniobra de inyección orbital el pasado 21 de marzo.
El objetivo de la compañía no era otro que “liderar la economía espacial”. Para ello, la función principal de esta sonda pasaba por extraer agua de la Luna, así como el envío de experimentos, suministros y de otros materiales, según informa El País. Según los datos publicados por la consultora PwC, y recogidos por el mencionado diario, el transporte a la Luna moverá unos 350.000 millones de dólares a final de la próxima década.
Esta sonda contaba en su interior con el rover Rashid y el robot transformable SORA-Q. En cuanto al primero, está diseñado por la Agencia Espacial Japonesa y servirá para realizar experimentos con el regolito lunar. También llevará a cabo diferentes labores en la construcción del futuro vehículo de exploración lunar tripulado desarrollado por Toyota, el Lunar Cruiser. El segundo, es un vehículo de exploración financiado por los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Sin embargo, no se trata de la única misión realizada con inversión privada con el objetivo de llegar a la Luna. En el año 2019, fue la empresa israelí SpaceIL la que intentó sin éxito alcanzar el satélite terrestre. En su caso, el módulo se estrelló contra la superficie luna. Durante el procedimiento de frenado, al aproximarse al lugar de aterrizaje, IMU2 falló y el equipo de control de tierra no pudo restablecer el componente individual al perder las comunicaciones con la red de control.
Lanzamiento de Starship
El pasado jueves 20 de abril, SpaceX intentó enviar su nave Starship al Espacio, aunque el experimento falló segundos después del lanzamiento con la explosión del cohete. Pese a la percepción de fracaso que muchos sintieron ese día Elon Musk, CEO de la compañía aeroespacial, expuso que la explosión no representó un fracaso. Para él representó un éxito por el simple hecho de despegar, ya que logró superar el Max Q, el momento de máxima presión aerodinámica.