Osimhen no rompe el catenaccio

El nigeriano volvió, jugando 20′ espectaculares y golpeando el larguero, pero el Nápoles no pasó del 0-0 contra el Verona. Spalletti, como Pioli, hizo rotaciones.

Mirko Calemme
As
El Nápoles imitó al Milan y, con la cabeza en la Copa de Europa, no pasó del empate contra un Verona hambriento de puntos y autor de un perfecto catenaccio. Los azzurri jugaron en un Maradona por fin caliente y sin tensiones, tras el encuentro de De Laurentiis con los ultras , pero tuvieron que conformarse con un empate que decepciona, aunque cambia muy poco en su carrera hacia el alirón.

Spalletti, como Pioli, también pensó en la Champions y decidió hacer rotaciones. Empezaron en el banquillo Mario Rui, Rrahmani, Lobotka, Zielinski, Kvaratskhelia y Osimhen (que regresó de su lesión), que saldrán todos de inicio ante el Milan el próximo martes.

Los de Zaffaroni se dedicaron únicamente a defender, cerrando el encuentro con apenas el 20% de posesión. Su muro funcionó. En la primera parte, con Raspadori de delantero centro, los azzurri apenas crearon ocasiones. La mejor fue un cabezazo de Olivera y un tanto en propia puerta cancelado por fuera de juego.

El guion no cambió en la segunda mitad, y Spalletti intentó despertar a su equipo con los revulsivos, sacando del banquillo a Osimhen y Kvaratskhelia. El nigeriano fue la mejor noticia de la tarde: entró en un espectacular estado de forma y rozó el 1-0 con un disparo que hizo temblar el larguero y todo el estadio. Sus 20 minutos en el verde, sin embargo, no fueron suficientes para romper el catenaccio de un Verona que, con Ngonge, desperdició hasta el contragolpe del posible 0-1. El conjunto gialloblú sigue en los puestos de descenso, pero a tres puntos de la zona de salvación mientras que el Nápoles, despedido por sus tifosi con el cántico “ganaremos el scudetto”, marcha con 14 puntos de ventaja sobre la Lazio. Ahora, a Spalletti, le toca pensar en el partido más importante en la historia del club. Casi nada.

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