Más de un equipo libre: los jugadores que se fueron de Boca
En estos tres años y medio, el club perdió muchos hombres por voluntad de recambio o problemas en las negociaciones. El de Almendra es apenas un caso más.
La salida de Agustín Almendra a Racing, en medio de un conflicto que promete continuar por el reclamo de un dinero que ahora interpone Boca, es apenas una más dentro de una política de recambio del plantel en la que también hubo algunos finales indeseados. La gestión de Juan Román Riquelme y su Consejo de Fútbol pasó durante estos casi tres años y medio unas cuantas tormentas en materia de relación con los jugadores con el correlato de un perjuicio económico y la consecuencia de una desjerarquización del plantel que ahora se sufre.
Si se quiere, hasta podría armarse un equipo, con suplentes y todo, contando las principales salidas: Rossi; Nahuel Molina, Izquierdoz, Junior Alonso, Más; Buffarini, Jara, Almendra; Salvio, Tevez y Pavón. Los relevos podrían ser Marcos Díaz, Roffo, Zambrano, Mauro Zárate, el juvenil Ramos Mingo. Las causas fueron diversas. En algunos casos se trató de jugadores que no estaban bien vistos por los responsables del club y en otros hubo largos conflictos. En el camino quedaron millones de dólares que no se recuperaron.
Agustín Rossi: con el
arquero más influyente de los últimos tiempos no se llegó a un acuerdo
económico. No se le renovó a tiempo el contrato ante la venta de Andrada
y a medida que se iba acercando la fecha de finalización, se hizo más
difícil negociar. Cuando ya estaba colgado, se acordó un préstamo con el
Al Nassr saudí pero tiene futuro en el Flamengo.
Nahuel Molina: una situación heredada de la CD anterior, que lo prestó sin asegurarse su continuidad. Igualmente, hubo tiempo para negociar, no se llegó a buen puerto y el padre del chico acusó de "rottweillers" a los integrantes del Consejo. Epílogo: Boca se perdió a un campeón del mundo que brilló en Italia y hoy juega en España.
Carlos Izquierdoz: el capitán arrancó cuestionado por el Patrón Bermúdez, que inmediatamente contrató a Zambrano. Por nivel, nunca pudo prescindirse de él. Su relevancia dentro del vestuario y como representante del plantel -por ejemplo en peleas de premios- le jugó en contra. Ibarra ejecutó la orden de limpieza de Riquelme. Esto cayó muy mal en el grupo.
Junior Alonso: se escapó con la excusa de razones familiares y se fue a jugar a Brasil por más dinero.
Emmanuel Más: hubo algunas charlas por su contrato, sin mucho interés, y finalmente lo dejaron libre.
Julio Buffarini: uno de los primeros escándalos de la conducción, que lo postergó en pleno campeonato porque no había acuerdo sobre el plazo de su nuevo vínculo. Se fue libre.
Leonardo Jara: utilizado como lateral y mediocampista por Russo, no hubo intenciones de que siguiera tras el vencimiento del contrato.
Agustín Almendra: una historia llena de conflictos e idas y vueltas. Tenía una cláusula de rescisión de 30 millones de dólares, la Comisión anterior no aceptó venderlo ante una oferta de 20 palos, estuvo a punto de dejar el fútbol, pasó mucho tiempo sin entrenar, esta conducción lo rescató, el chico retomó su nivel pero luego se peleó con Battaglia, lo limpiaron, lo bajaron a Reserva y ahora se va a Racing con el pase en su poder. Le reclaman una deuda.
Eduardo Salvio: le prometieron un contrato astronómico que aparentemente no era tal. Lo tuvieron esperando los últimos seis meses, casi hasta el último día, y no hubo esfuerzos por retenerlo. Había costado un dineral, alrededor de 7 millones de euros, y lo dejaron ir sin plantearse siquiera una renovación para luego venderlo y recuperar algo de la inversión.
Carlos Tevez: la relación arrancó mal por su cercanía personal y política con Angelici. Bermúdez y Cascini lo maltrataron en público, la relación se fue quebrando y el último ídolo de la época dorada de Boca, clave en el primer título de la gestión Riquelme, terminó retirándose en un ambiente de cero contención.
Cristian Pavón: estaba el LA Galaxy a préstamo, no aceptaron un ofrecimiento del club de la MLS por 10 millones de dólares, pasó el tiempo, el delantero jugó un puñado de partidos, nunca hubo acuerdo para la continuidad, su padre se quejó de la actitud poco negociadora del Consejo, lo colgaron los últimos seis meses del vínculo y terminó yéndose el Mineiro de Brasil sin dejar un peso. Había llegado a tener una cláusula de salida de 50 palos antes del Mundial 2018, que jugó en Rusia. Fundamental en los títulos de Guillermo.
El resto: Marcos Díaz, de muy buenas actuaciones en el ciclo Russo, fue descartado para traer a Javi García, viejo amigo de Riquelme; Manuel Roffo (hombre de selecciones juveniles, se fue libre a Tigre, un club de mucha cercanía con JR); Carlos Zambrano, una de las incorporaciones que nunca rindieron, se peleó con Ibarra y se fue libre; Mauro Zárate, poco tenido en cuenta, rescindió y se fue. El juvenil Santiago Ramos Mingo se negó varias veces a renovar en las condiciones que le proponían y terminó saliendo libre al Barcelona. Hay otros casos de chicos, menos relevantes.
Y hubo también jugadores "en liquidación" como Esteban Andrada -arquero de la Selección convocado varias veces- y Lisandro López -de buen rendimiento y ascendencia en el grupo-, que fueron negociados por valores mucho menores a los pagados.
La cuestión es que el club se descapitalizó con esta masiva salida y la falta de ingresos en concepto de transferencias se tradujo en un agujero económico por lo que el club casi siempre incorpora jugadores en libertad de acción y con escaso poder de reventa. Los reiterados llamados de Román a diferentes figuras (Edinson Cavani y Roger Martínez a la cabeza) tampoco tuvieron éxito. Habrá que ver hasta dónde le alcanza con este plantel.