La crisis de Boca: todas las rachas negativas que acumuló el equipo y que no pudo revertir con la llegada de Jorge Almirón
Incluso el nuevo entrenador quedó marcado a fuego: es la primera vez en la historia que un DT pierde en sus primeros dos encuentros en la Ribera sin convertir goles
“Los jugadores tienen que salir anímicamente de esto. Así que, si los jugadores están capacitados para jugar aquí, es el momento de demostrarlo” fue directo apenas consumada la caída del sábado ante Estudiantes (0-1). Necesita urgente que despierten. El martes es el día en el que, ante Deportivo Pereira por la segunda fecha, el hincha no permite ni siquiera un traspié en forma de empate. Es que ya son varias las pésimas rachas históricas que rompió con sus malos resultados.
Lo que plantea el actual entrenador casi que se traduce en que empezará a poner en revisión cuánta jerarquía y personalidad hay en un plantel que vive con el ánimo por el suelo. Tocar el orgullo y ver la respuesta. Para comenzar, esos futbolistas llegarán al duelo con los colombianos tras ser vencido en cinco de las últimas seis presentaciones de la Liga Profesional. Si se incluyen otras competencias (la subcontinental y la Copa Argentina), son dos éxitos en los últimos nueve partidos.
En lo que respecta a la primera estadística, la más fuerte, algunas derrotas pertenecen al final de ciclo de Hugo Ibarra, como la sufrida ante Banfield (0-1, cuando el conjunto sureño estaba último y no contabilizaba triunfos) o la de Instituto (2-3). Una vez que el formoseño fue destituido del puesto, el equipo nunca sintió la descompresión. Apenas se sintió cómodo en el comienzo del interinato de Mariano Herrón goleando a Barracas Central (3-0), pero el mismo cerró su “ayuda” con otro golpe: Colón, que tampoco conocía el sabor de la victoria en el torneo y se posicionaba último, le ganó 1-2 en la Bombonera. La llegada de Almirón generó expectativas internas, pero sigue transitando el mismo camino: más derrotas en fila, ambas por 0-1, frente a San Lorenzo y Estudiantes.
De allí se desprenden otros datos que, por ejemplo, posan el centro de atención en los antecedentes de lo ocurrido. 12 años y diez meses debieron transcurrir para que el “Taladro” le volviera a ganar en el Florencio Sola (0-3 por el Torneo Clausura 2010), mientras que caer en Brandsen 805 con los últimos rivales no era frecuente: los cordobeses festejaron después de 36 años y ocho meses (1-2 en la temporada 1986/1987), los santafesinos tardaron 17 años y cinco meses (0-1 por el Torneo Apertura 2005) y al “Pincha” le costó 14 años y medio (1-2 en el Apertura 2008).
Como se observa, el conjunto de la Ribera hilvanó este sábado la tercera caída consecutiva en su casa (Instituto, Colón y Estudiantes). Una pesadilla que revivió después de mucho tiempo y que tiene una triple manera de observarse.
Por un lado, hacía diez años que, incluyendo Copa Libertadores, no perdía de manera semejante: apenas iniciado el tercer ciclo de Carlos Bianchi fue derrotado por Toluca, de México (1-2), Unión, de Santa Fe (1-3) y Nacional, de Uruguay (0-1).
Por otro, pasaron 46 años de la última vez que había sufrido esta racha en el ámbito local: finalizó el Torneo Metropolitano 1977 cayendo con Argentinos y River (ambos por 1-2) y comenzó el Torneo Nacional del mismo año tropezando ante Estudiantes (1-3).
Mientras que del Metropolitano 1971 (hace 52 años) databa la última ocasión en la que Boca se había ido vencido tres veces seguidas de la Bombonera durante un mismo campeonato doméstico: Colón (2-3), Vélez (0-1) y Newell’s (1-2) fueron, en ese caso, los verdugos.
De hecho, Almirón ya tiene un lugar en la historia boquense. Más allá de que pueda o no revertir esta situación que no lo responsabiliza totalmente, pero de la que es parte, quedará inmortalizado en un dato adverso e inédito: en 118 años de vida institucional, es el primer entrenador que pierde sus dos primeros partidos (San Lorenzo y Estudiantes) y sin que el equipo convierta.
En cuanto a goles, justamente, no está atravesando la mejor racha en la Bombonera. El golazo agónico de Mauro Boselli marcó la paridad: en doce jornadas de la Liga Profesional, la red azul y oro se infló siete veces, la misma cantidad que convirtió. Más números de la pésima actualidad.
Boca (y sobre todo Jorge Almirón) necesita que sus jugadores demuestren que visten la pesada camiseta porque realmente están capacitados. El técnico, por ahora, no se convence de ello, aunque dice confiar en un martes con punto de partida.